Dejarse ayudar. Esta es una de las ideas que utiliza Juan Pablo como posible punto de inflexión para una persona enganchada con las drogas. A mí eso me genera tanto esperanza
como incertidumbre. El optimismo está dado porque si uno reconoce que solo no puede, la potencia de los demás nos cobija y se encuentra una manera de estar mejor. La incertidumbre llega por experiencias personales, no en la droga -que nunca me atrajo- sino por otros problemas sobre los que necesitaba hablar y no encerrarme. Tardé años en darme cuenta. Ergo, mi gran pregunta es: ¿cómo vincularse con alguien que no le interesa recibir ayuda, que dice “A mí no me pasa nada” así se encuentre en plena destrucción?