Revisando los antecedentes de las sesiones, hay un dato que marca la decisión de Villarruel de evitar ser el rostro de la derrota del Gobierno. Desde el inicio del período ordinario
de sesiones, la vicepresidenta sólo estuvo en una de las sesiones en las que el oficialismo fue derrotado. Ocurrió en marzo, cuando la oposición se unificó para voltear el mega DNU 70/23, que impulsaba una amplía apertura de la economía y modifica unas 300 leyes. El tema quedó cajoneado en Diputados, donde el oficialismo lo mantiene blindado, a la espera de que se resuelva su judicialización.