Pero el que más simpatía despierta es el que se siguió en San Pablo, Brasil. Allá sacaron la compañía a la Bolsa y el Estado se reserva la acción de oro,
con poder de veto. Así, la Companhia de Saneamento Básico do Estado de Sao Paulo, que abastece a 28 millones de personas y tiene una red que abarca 40.300 kilómetros de longitud, parece el ejemplo a seguir.