La última vez que la enfermera argentina, Sofía Piñeiro estuvo en Gaza fue en febrero. Por entonces, en su diálogo con con Clarín describía
un escenario "tremendo". Rafah, donde estaba, se había convertido en "un enorme campo de refugiados" de 1,7 millón de personas. Seis meses después le tocó regresar. La gente sigue muriendo, los hospitales ya casi no funcionan, todo está al máximo de su capacidad. Los insumos, no hay y no llegan. Lo nuevo es que la gente no puede más.