Una particular carta entregada por una adolescente de 15 años a un agente de la Policía de la Ciudad, facilitó la captura de su abusador, un vecino de 21 años. Ocurrió
en Barracas, en el sur de la Ciudad. El texto, casi indescifrable a primera vista, fue hecho con símbolos que una vez descifrados permitieron identificar y detener al agresor.