Van por un camino las evidencias de la crisis ambiental y en paralelo, por otro carril, los debates políticos, los contrapuntos y la confrontación. Esta semana, activistas ambientales escracharon la casa
de Messi en Ibiza, generando una controversia disparatada. Días atrás miembros de Greenpeace denunciaron a la empresa productora de gaseosas Manaos por tala indiscriminada en Santiago del Estero. Poco antes, activistas veganos habían irrumpido en una muestra de ganado en la pista central de La Rural.