Ese día, Nika, de 16 años, quemó un hiyab desde lo alto de un contenedor y también arrojó piedras contra la policía, cerca de Laheh Park, en la capital, Teherán. Horas
después, moriría en la parte trasera de una furgoneta a manos de las fuerzas de seguridad, tras ser agredida sexualmente y fuertemente golpeada, según revela este martes la BBC.