Si la CPI emite órdenes de arresto, conllevarían una profunda estigmatización, colocando a aquellos nombrados en ellas en la misma categoría que líderes extranjeros como Omar al-Bashir, el presidente depuesto de
Sudán, y Vladimir Putin, el presidente ruso, que el año pasado fue objeto de una orden judicial vinculada a su guerra contra Ucrania.