La conclusión luego de una gran ronda de consultas por distintos sectores (kioscos, supermercados, laboratorios, farmacias, funcionarios de las carteras de Salud) es que la medida del Gobierno de Javier Milei
no se aleja mucho de su impronta general disruptiva, a veces perturbadora. El tema, en efecto, no tiene del todo contento a nadie.