Carne: mientras el consumo toca su mínimo histórico, las exportaciones superan récord

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Por Cristian Carrillo|EDW|Las exportaciones de carne aumentaron un 25,68% en febrero y alcanzaron un nuevo récord histórico. Mientras que el consumo

se ubicó en su mínimo histórico de 44 kilos per cápita por año. El Gobierno celebra.

El modelo primarizador de la economía, especialmente en materia de productos alimenticios, ya se está haciendo sentir en el consumo de carne. Mientras el consumo interno tocó el piso de los 40 kilos per cápita por año, el mínimo desde que se tenga registro, las exportaciones de carne aumentaron un 25,7 por ciento en febrero a 82.548 toneladas y alcanzaron un nuevo récord histórico, según informó la Secretaría de Bioeconomía. Mientras tanto, en otra de las tantas contradicciones, del gobierno de Javier Milei flexibilizó por 120 días las compras externas de carne vacuna, junto a otros 3000 alimentos y 800 medicamentos, para forzar una baja de precios y asegurar el abastecimiento.

Pese a la caída del consumo, el Gobierno celebró el dato estadístico del crecimiento de exportaciones. "En febrero exportamos más de 82.000 toneladas; el volumen más alto de los últimos 57 años. En el primer bimestre la exportación alcanzó a las 160.000 toneladas. No es un dato menor, dado que hace un tiempo convivíamos con un cepo a la exportación de carne. Después de tamaño delirio y de la mano de la recuperación que esperamos para la Argentina, es una muy buena noticia", afirmó el vocero presidencial, Manuel Adorni.

El programa económico de La Libertad Avanza busca privilegiar las exportaciones para conseguir dólares y deprimir el consumo interno para bajar la inflación. El caso de la carne vacuna es emblemática de esa situación, aún cuando los precios no dieron el zarpazo de otros alimentos y crecieron incluso por debajo de la inflación general. En el acumulado del primer bimestre se despacharon al exterior 160.478 toneladas, lo que implica un avance del 21,6 por ciento respecto al mismo período del año pasado.

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Las cifras surgen de la Coordinación de Análisis Pecuario en base a datos del SENASA, DNCCA e INDEC. "Estos números confirman una tendencia de crecimiento sostenido en las exportaciones de carne vacuna, impulsada por un cambio de política exportadora implementado por el Gobierno nacional", indicó un comunicado de la secretaría. En esa línea enfatizó que "este cambio de política ha puesto un fuerte énfasis en agregar valor a las cadenas pecuarias, especialmente en el sector de la carne vacuna".

En otro orden, el consumo per cápita en febrero fue del 51,41 kilos por habitante por año, que significa una caída del 0,45 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. Por su parte, la faena fue de 1.044.005, con un retroceso interanual del 0,82 por ciento y la producción fue de 237.641 toneladas de res con hueso que es una merma del 0,61 por ciento.

Por su parte, el consumo de carne en el primer bimestre del año se desplomó al mínimo histórico, hasta cuando llega el informe del sector privado ganadero. Según el documento elaborado por el Mercado Ganadero Rosgan de la Bolsa de Comercio de Rosario, la caída en el consumo per cápita se agudizó aún más en los dos primeros meses de este año. El consumo aparente fue de 44 kilos per cápita contra 48,5 kilos resultantes durante el bimestre anterior, lo que representa un baja de 9,3 por ciento interanual.

Durante el año pasado, los números de consumo se mantuvieron firmes a pesar de la suba general de precios. "En términos per cápita, según datos oficiales, en 2023 el consumo de carne vacuna alcanzó los 52,4 kilos anuales registrando un aumento del 7 por ciento respecto de los 49 kilos per cápita resultantes en 2022. En tanto que, en materia de precios, contrariamente a lo percibido por el consumidor, el precio real de la carne vacuna -descontando el componente inflacionario registró una baja promedio del 7 por ciento anual", señaló el documento de Rosgan.

La baja en el consumo tuvo lugar pese a que los precios avanzaron por debajo de los niveles generales de inflación. Sin embargo, la caída del poder adquisitivo de los hogares llevó a que la carne se convirtiera en un lujo para pocos y en unos de los alimentos que más sufrió el recorte en el consumo.

De acuerdo a los cálculos realizados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), en el primer bimestre del año la industria frigorífica vacuna produjo un total de 504 mil toneladas de res con hueso de las cuales -según estima la entidad- al mes de febrero la exportación habría llevado 155,2 mil toneladas equivalentes, dejando para el mercado interno un volumen aparente de 349,1 mil toneladas. Comparado contra igual bimestre del año anterior, la cifra representa una contracción de 8,2 por ciento interanual, retornando a niveles de consumo del año 2022.

En febrero el precio de la carne vacuna marcó una suba promedio del 4,2 por ciento mensual, variación que resultó muy inferior al 13,2 por ciento de incremento general de precios, luego de varios meses moviéndose por arriba de la inflación. "En este sentido, la estabilidad que se viene observando en los precios reales de la carne vacuna en un contexto de menor oferta aparente destinada al mercado doméstico, da cuenta de la resistencia del consumo a convalidar nuevos aumentos de precios aun debiendo limitar la ingesta de este tipo de carnes, algo que hasta entonces no se observaba de manera contundente en el consumidor argentino", señaló el informe de Rosgan.

"El dato sin duda refleja el freno que está poniendo el consumo, en un contexto en el que a su vez el resto de los bienes y servicios también vienen sufrieron importantes subas y la capacidad de compra de los salarios se deteriora significativamente", advirtió el informe del mercado ganadero.

El documento adelantó que, estacionalmente, a partir de marzo los precios de la carne vacuna tienden a aumentar acompañado por el aumento del consumo en los hogares. "Se trata del inicio de la temporada escolar donde las familias retoman hábitos de consumo más estables, ya fuera del período de verano donde las dietas suelen ser más ligeras y menos elaboradas", destaca el informe. Sin embargo, marzo también es un mes crítico dado el incremento de gastos que implica el inicio de clases sumado al ajuste de cuotas y servicios que suelen permanecer estables en los primeros meses del año y corrigen a partir del segundo bimestre.

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