Momentos antes de su llegada, las imágenes de seguridad muestran a Miklós Halmai, el embajador del país en Brasil, caminando de un lado a otro y escribiendo en su teléfono. La
pequeña embajada estaba prácticamente vacía, a excepción de un puñado de diplomáticos húngaros que viven allí. Los miembros del personal local estaban de vacaciones, porque la estadía de Bolsonaro se produjo en medio de las celebraciones del Carnaval nacional de Brasil.