Con el paso de los días, y sin acuerdo entre Víctor y los inquilinos, el conflicto empezó a escalar. "Ahí aparecieron las primeras agresiones y hostigamientos. Poco después de que mi
papá les mostrara el contrato y ellos se negaran, nos empezaron a insultar y a decir todo tipo de amenazas", señaló María Laura, una de las hijas de Víctor y Hermelinda.