Pero además de la Copa del Mundo, en la que no pudieron realizar ningún ataque, los militantes también idearon violentas respuestas a la quema del Corán por parte de activistas de
extrema derecha en Suecia y los Países Bajos. "Esos complots incluían llamados a ataques contra instalaciones diplomáticas suecas u holandesas en Azerbaiyán, Tayikistán, Rusia, Turquía y otros países, según los documentos filtrados, aunque no parece que se haya llevado a cabo ningún ataque de ese tipo", publicó The Washington Post.