La diferencia entre el precio, por ejemplo, de una prenda de vestir o de un automóvil en nuestro país y lo que se paga en otros países depende de la estructura
impositiva, del costo laboral, de los aranceles, de los costos de logística, de la burocracia, de la escala, del grado de competencia, de la productividad. De lo que, cuando yo era chico, se llamaba “el costo argentino”.