La vice no se desdijo: contestó que un chofer con antigüedad en el Parlamento cobraba más que los senadores. “Lo lamento”, insistió el Presidente. Villarruel subió la apuesta: le transmitió que
si los legisladores no estaban bien pagos se corría el riesgo de permitir que el Congreso fuera copado por corruptos o ricos y argumentó que hasta se redujo el catering para las sesiones maratónicas. Podría dar fe el jefe del bloque kirchnerista, José Mayans, que, delante de varios senadores, un día de jornada larga en el Senado lanzó delante de todos: “¿Nos vas a dar de comer, Vicky, o no te dejan? Traete una picada o algo”.