Arrancaba este siglo XXI y Lindsay Lohan se convertía en un ícono adolescente. Tras su primera película, Juego de gemelas (1998), que filmó con apenas 12
años, pasó a otras comedias, como Viernes de locos (2003), con Jamie Lee Curtis, y la más negra Chicas pesadas (2004) o Herbie: a toda marcha (2005). Eran tiempos en los que ganaba todos los premios de MTV Movie Awards, Teen Choice Awards y Kids Choice Awards. Ahora Netflix estrena Un deseo irlandés, con la que la ex chica Disney espera tener un resurgimiento en su carrera.