Se trata de los rubros más afectados: mientras las ventas minoristas en comercios pyme retrocedieron un 25,5% anual en febrero, alimentos y bebidas cayeron un 33,3% por la fuerte subas de
precios en los últimos meses, según CAME. El shock inflacionario llevó a los a suprimir el consumo de gaseosas, jugos y aguas de primeras marcas, y redujo tanto la producción como la demanda de carne.