Los Pumas: el desafío de dejar atrás los contratiempos y convertirse en protagonistas

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El viernes pasado, cuando llegó al balneario de La Baule, el plantel de Los Pumas recibió una calurosa bienvenida de parte de sus habitantes. En el palacio de congresos había banderas

argentinas y cientos de personas llevaban puesta la camiseta albiceleste. Algunas, lógicamente, eran de Messi. Pero aunque esta vez no se trate de fútbol, la misión es la misma: intentar ganar el Mundial (de rugby), justo en tierras francesas, luego de los altibajos de todos estos años.

En marzo de 2022, Mario Ledesma renunció como DT de Los Pumas. En su lugar llegó el australiano-libanés Michael Cheika, que se encargó de levantar y recomponer el ánimo grupal. Desde entonces, el seleccionado argentino encadena resultados oscilantes, marcados por una primera victoria histórica contra Nueva Zelanda (25-15 en Sydney) en noviembre de 2020.

“Argentina sufrió mucho por el covid, por la disolución de Jaguares, por los resultados que no se daban y finalmente se produjo la llegada de Cheika y Contepomi (como segundo entrenador). La veo en forma ascendente”, recordó estos días, a modo de resumen, el exsegunda línea Rimas Álvarez-Kairelis, que jugó 44 partidos en Los Pumas e integró el equipo que en 2007 llegó a semifinales del Mundial. Esa Copa del Mundo y la de 2015 asoma como el objetivo trazado: si se repiten esas actuaciones, la misión estará cumplida.

Los argentinos abandonarán La Baule este jueves para disputar el sábado el gran debut del grupo D contra la poderosa Inglaterra, que viene de sufrir una histórica derrota frente a Fiji en la ‘Catedral’ de Twickenham. Tras ese estreno, Los Pumas tendrán una dura prueba el 22 de septiembre en Saint-Étienne ante la feroz Samoa, que estuvo a punto de vencer a Irlanda en un partido de preparación (17-13). Será un partido clave para determinar la posición en el grupo: a priori, Argentina y Samoa disputan el segundo puesto de una zona en la que el favorito es Inglaterra. Luego, el 30 de septiembre en Nantes, el equipo nacional jugará ante el débil Chile, debutante mundialista, y cerrará su participación en la fase de grupos contra Japón el 8 de octubre en La Beaujoire, el estadio de Nantes.

BANER MTV 1

Argentina llega a este Mundial lejos de las luces. Sin embargo, sus jugadores afirman haber experimentado una transformación desde hace 18 meses bajo la influencia de Cheika, un entrenador aventurero, querido por el plantel y consciente de que en el pasado supo convertir a outsiders en campeones. Bajo la era Cheika, Los Pumas tuvieron éxitos que llaman la atención como su primer triunfo sobre los All Blacks en suelo neocelandés (25-18 en Christchurch en 2022), una demostración contra Australia (48-17) y otro prestigioso éxito en Twickenham contra Inglaterra (30-29).

“Argentina se caracteriza por tener una defensa consistente. Para este Mundial, el equipo también quiere ser muy efectivo en la zona de 22 metros y sumar puntos cada vez que ingresa a esa zona”, avisa el hooker Facundo Bosch.

A pesar de problemas inusuales en el scrum o en el tiro a los palos ante la ausencia de Emiliano Boffelli, Argentina demostró ser un equipo bastante sólido y feroz en defensa, difícil de jugar, pero falto de imaginación y variedad en ataque. Sus partidos en el Rugby Championship lo demuestran: derrota ante los All Blacks 41-12, triunfo en Australia 34-31 y derrota por un punto en Sudáfrica 22-21. Para colmo, el 26 de agosto en Madrid, contra España, en su último partido previo al Mundial, el equipo argentino perdió a su pilar izquierdo Nahuel Tetaz Chaparro. Será otro aspecto a superar.

Cheika lo admitió recientemente: ni siquiera conoce el puesto en el ránking de Argentina en el World Rugby (sexto a finales de agosto). Acaso sea una estrategia: hacerse el distraído. Caminar en un segundo plano, para que el seleccionado argentino de rugby vuelva a sorprender al mundo.

Cheika y sus dos bandos

El entrenador de Los Pumas, Michael Cheika, que jugó y entrenó en Francia, se alegró ayer de que el Mundial se celebre en ese país. “Hay una conexión familiar que es muy buena, porque Francia es la casa de muchos jugadores”, explicó en rueda de prensa.

“Tengo suerte de tener dos bandos”, explicó el australiano-libanés a su llegada. “Uno latino y emotivo, el otro más anglosajón y frío. La clave es aplicar cada uno en el momento adecuado. Los argentinos tienen ese lado emocional que pretendo que mantengan, es parte de su identidad. Cuándo y cómo usarlo sabiamente es la clave para convertirlo en un arma decisiva”.

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