Caso Pérez Algaba: "No les da", la gestora y amiga del trader descuartizado defendió a los dos prófugos

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La gestora detenida Flavia Lorena Bomrad negó haber tenido algún tipo de participación en el homicidio de su amigo Fernando Pérez Algaba, el trader de 41 años hallado descuartizado dentro de una valija

y defendió a los prófugos Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, de quienes dijo que "no les da el perfil" para haber concretado un crimen.

La mujer de 38 años fue la única de los cuatro detenidos por el asesinato de Pérez Algaba que aceptó declarar en las indagatorias ante el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora, que les imputó el delito de "homicidio cuádruplemente agravado por el empleo de arma de fuego, por concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía, por placer, codicia, y falso testimonio", que prevé una pena de prisión perpetua

Los otros tres detenidos son Matías Ezequiel Gil, Fernando Gastón Martín Carrizo y Luis Alberto Contreras, quienes permanecerán detenidos al igual que Bomrad.

En tanto, por el caso permanecen prófugos Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, las dos últimas personas con las que Pérez Algaba tuvo contacto el 18 de julio último en el predio "Renacer" de General Rodríguez, y la Justicia solicitó hoy la captura nacional e internacional de ambos.

Nahuel Vargas (43) y Maximiliano Pilepich (45), prófugos por el crimen de Fernando Pérez Algaba (41).
Nahuel Vargas (43) y Maximiliano Pilepich (45), prófugos por el crimen de Fernando Pérez Algaba (41).

El arresto de estos dos sospechosos fue dispuesto el domingo por el juez de Garantías 4 de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, aunque cuando la policía fue a buscarlos a sus domicilios ya no los encontró.

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Para fundamentar los pedidos de arresto de todos los sospechosos, el fiscal Domínguez hizo hincapié en pruebas basadas en análisis de las comunicaciones y movimientos de los celulares que utilizaban la víctima y los sospechosos.

Domínguez afirmó que el móvil del crimen del empresario Pérez Algaba fue una deuda por 50.000 dólares y por 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta el predio de General Rodríguez a encontrarse con él.

Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, "Lechuga" reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida ante la posibilidad de ser baleado, según las pruebas aludidas por el fiscal.

Fernando "Lechuga" Pérez Algaba (41) fue asesinado y descuartizado.
Fernando "Lechuga" Pérez Algaba (41) fue asesinado y descuartizado.

En el mismo escrito -al que tuvo acceso Télam-, el representante del Ministerio Público consideró que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existía "una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos", e incluso hace mención a un antecedente en el que el ahora acusado "le había efectuado disparos de arma de fuego" hacia la víctima, aunque sin herirlo, en el mismo campo de General Rodríguez.

En un primer tramo de su acusación, el fiscal sostiene el agravante de un homicidio por "codicia" al entender "que existía una acreencia de la víctima para con Maximiliano Pilepich" y que el crimen ocurrió "luego de suscribir un documento de reconocimiento de deuda en una escribanía".

En su indagatoria, Bomrad coincidió con el fiscal al afirmar que, a su criterio, el crimen de su amigo "tuvo que ver con un tema de plata" y que no se sorprendió cuando desapareció y dejó de contestar sus llamados el 18 de julio pasado porque "supuso" que había regresado a Barcelona tras cobrar una suma de dinero que le adeudaban.

"Dimos por hecho en el grupo de amigos que Fernando se había ido con la plata que había cobrado", dijo la gestora, tras lo cual agregó que su amigo "cobraba un dinero y se marchaba, y no se comunicaba más con nadie hasta que él quisiera hacerlo".

La gestora admitió ante la Justicia que mantenía una relación sentimental con Pilepich y que éste le había asegurado que "le había entregado" el dinero que le debía esa tarde del 18 de julio en el emprendimiento inmobiliario "Renacer", donde fue visto por última vez el empresario.

Luego, admitió que el 19 de julio se encontró con Pilepich en la zona de Morón, que ambos se dirigieron en la camioneta Mercedes Benz G500 negra del prófugo a un hotel alojamiento y que lo notó "normal".

Respecto a las manchas de sangre que fueron halladas en el asiento trasero de su vehículo que fue secuestrado ayer tras un allanamiento en su vivienda, la gestora dijo que pertenecen a su perro Bull Dog Francés que el 21 de junio pasado tuvo cría y la tuvo que trasladar a una clínica veterinaria, y que el arito "seguramente pertenece" a alguna de sus sobrinas.

"Fernando no subió nunca al vehículo, la última vez que lo hizo fue hace casi un año", dijo la imputada, quien reconoció que es legítima usuaria de una pistola Bersa calibre 9 milímetros compacta que se compró "por seguridad el año pasado".

También refirió que esa pistola era la que en una oportunidad le sacó su amigo Pérez Algaba "para defenderse de Gustavo Iglesias", el barra de Boca al que le debía 300 mil dólares y que lo amenazaba mediante mensajes telefónicos que le iba a "cortar las manos".

Además, la mujer esbozó una defensa sobre los prófugos Pilepich y Vargas, de quienes dijo que "no les da el perfil" como para concretar un crimen.

"No creo que ellos hayan matado a Fernando. No sé quién lo hizo, porque él mismo le debía plata a todo el mundo. No los veo a Maxi y a Nahuel haciendo una cosa así", agregó la gestora, tras lo cual señaló que, a su criterio, "el asesinato tuvo que ver con un tema de plata".

MG

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