La carne y productos de estación más baratos, claves para explicar la caída de la inflación en junio

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La desaceleración de la inflación de junio (6%) se explica en gran medida por la menor suba de los precios de los alimentos, el rubro que tiene la mayor incidencia en el índice

de precios al consumidor con un peso de 23,4%. Al igual que, el índice general de los precios minoristas, el rubro viene desacelerándose en los últimos dos meses: 10,1% en abril, 5,8% en mayo y 4,1% del mes pasado, la menor suba en 20 meses.

Según explican los economistas la desaceleracion tiene que ver con las variaciones de los productos estacionales, como frutas y verduras y también con cierta estabilidad en los precios de la carne, que tuvo alzas sensiblemente inferiores a la de los meses anteriores (acumulan 71% en un año versus 115,6% del IPC general).

Desde LCG, explicaron que "la variación inflacionaria de junio responde a una menor incidencia de estacionales que redujeron la suba a más de un tercio (de 6% en mayo a 1,8% en el mes pasado)".

En cuanto a la evolución de la carne, el registro del Indec de los principales cortes, mostró que el precio del asado subió, el mes pasado, 0,3%; la carne picada, 2,3%; la paleta, 1,6%; la cuadrada, 0,9%; y la nalga, 0,7%.

En cambio, entre los productos de la canasta hubo subas de precios más destacadas como el 33,9% en azúcar; 16,6% en yerba mate; 13,1% en el pan francés; 12,7% en arroz blanco; 13,7% en tomate en conserva; y 12,2% en yogurt firme.

BANER MTV 1

Como contrapartida las bajas más importantes correspondieron al tomate redondo (26,4%), naranja (25,9%), limón (14,5%), lechuga (5,5%) y pollo entero (5,3%). Este último había aumentado mucho anteriormente por una caída en la oferta como producto de la gripe aviar. Por eso en junio, mitigó esa escalada.

Según un informe del IERAL, de la Fundación Mediterránea, “la carne bovina es uno de los productos que más está contribuyendo a la baja de la inflación, a diferencia de lo que sucedía a comienzos del año, cuando su aporte iba en la dirección contraria”.

En los últimos dos meses, el precio interno de la carne creció por debajo del 2% mensual. Por detrás de este fenómeno hay distintos factores que influyen, según esta fuente: "un fuerte crecimiento de la producción de carne (que acumula un 10% en el primer semestre), que tiene mucho que ver con la sequía; la falta de pasturas, los problemas financieros ; la necesidad de muchos productores de desprenderse de animales y el acortamiento de los plazos de engorde mediante sistemas intensivos"..

"Se suma también una demanda externa firme en volúmenes, pero con mucho menor capacidad de pago que el año pasado”, señaló el informe del IERAL.

Esta medición comparó la evolución del IPC tanto en la ciudad de Buenos Aires como en la provincia de Cordoba y en ambas jurisdicciones se observó que los alimentos redujeron su tasa de aumentos, ubicándose por debajo del nivel general. También observó que "en algunos rubros importantes, caso de aceites, carnes, frutas y hortalizas, mantuvieron sus precios casi estabilizados".

Con todo, quienes monitorean periódicamente los precios en supermercados y distintos comercios no aseguran que la desaceleración de los alimentos continúe. La medición de la segunda semana de julio le dio a la consultora LCG, un alza del 1,8%, cuando en la primera había promediado el 0,2%.