La decisión de concretar el gasoducto se precipitó con la invasión rusa a Ucrania. Fue un llamado de atención ya que había certeza de que la factura del gas importado
La obra se licitó finalmente el 8 de julio de 2022. Y si bien el trazado de los 573 kilómetros entre la localidad neuquina de Tratayén y Salliqueló, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, atravesando Río Negro y La Pampa es un territorio plano, el principal desafío fueron los plazos.
Y aunque en el acto inaugural la mayoría de los funcionarios ignoraron olímpicamente a los que lo hicieron posible, es muy claro para los expertos que ese ducto no existiría sin Techint con la compañía de Sacde, la compañía del grupo Pampa Energía.
El plan para cumplir con los 178 días fue ambicioso. Pusieron una gran cantidad de recursos humanos que se necesitan para una obra que se realiza en dos años como mínimo. Dividieron la traza en cuatro partes y arrancaron la obra desde dos puntas.
Techint, con la experiencia de haber construido Camisea en Perú que atravesó la selva y la cordillera de los Andes para llegar a Lima, trajo a soldadores expertos, por ejemplo varios de nacionalidad turca que tenían apostados para obras en México.
Sacde aportó equipos de soldadura automática provenientes de Estados Unidos que permitieron pasar de 50 soldaduras manuales por día a 100.
La chapa de acero para esos tubos, que tienen un ancho de 36 pulgadas para transportar un mayor caudal de gas, requirió una serie de especificidades técnicas muy exigentes como la aprobación API (American Petroleum Institute) que es la calidad estandarizada para los gasoductos, además de pasar las pruebas X 60 y X 70.
Son caños de alta resistencia preparados para la compresión del gas que implica poder inyectar volúmenes mayores.
La fabricación de esas chapas se realizó en un tren de laminado reversible especial que Argentina no tiene y se confeccionaron en Brasil.