Massa elogió a Cristina por la reestatización de YPF que resultó ruinosa para el país

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En su elogio a la figura del presiddente de YPF, Pablo González, Cristina Kirchner hizo mención a lo que sucedió con la petrolera estatal. Señaló que el 42% de las utilidades que

giraban las empresas “eran unos US$ 3.000 millones de Repsol, cuando la empresa se estaba yendo a pique”.

En su discurso, la vicepresidenta olvidó que su marido, cuando era presidente, convenció a Repsol, que poseía el 97% de las acciones de YPF, de que permitiera el ingreso del Grupo Petersen, de la familia Eskenazi. Lo hizo bajo una forma curiosa. Los Eskenazi no iban a poner un peso y pagarían esas acciones con ganancias generadas por la propia YPF.

A su lado, Sergio Massa en su discurso también elogió lo que resultó una ruinosa reestatización para el país.

Lo dijo de este modo: “Hubo quienes en 2012 tuvieron el coraje, a través del liderazgo de Cristina, de recuperar YPF”.

La historia arrancó antes cuando en 2008, los Kirchner que conocían a los Eskenazi ya que eran los dueños del banco de Santa Cruz, se propusieron que ingresaran a YPF. 

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El negocio se concretó por etapas, primero con el 15% de las acciones pero siempre con el mismo procedimiento, sin poner un dólar sobre la mesa y pagando su deuda a través de los dividendos que diese la compañía.

En 2011 los Eskenazi sumaron otro 10%. Eso significó la asfixia de YPF que dejó de invertir para pagar la parte de los Eskenazi y Argentina comenzó a vivir lo que se llamó déficit energético.

Pasó de exportar a importar energía con una enorme dilapidación de recursos y hubo operaciones sospechadas de corrupción con los barcos de GNL.

Los expertos aseguran que entre 2008 y 2010 se repartieron entre los accionistas US$ 14.906 millones, un 140% más que la media anual desde la privatización de 1999.

Tras la muerte de Néstor Kirchner en 2010 mientras YPF, con una posición dominante en el mercado había dejado de invertir porque giraba los dividendos al exterior y crecía el déficit energético, Cristina Kirchner decidió expropiar también a los Eskenazi.

Después sobrevino el juicio multimillonario que tiene en vilo al Estado argentino.

Es que tiempo después de la expropiación el fondo Burford Capital supuestamente compró en la Justicia española el derecho a litigar contra la Argentina en nombre de Petersen Energía, el vehículo societario con sede en Madrid que los Eskenazi habían creado para desembarcar en YPF.

La jueza Loretta Preska de los tribunales de Nueva York reconoció que el fondo Burford es un actor legítimo para reclamar un resarcimiento económico derivado de la reestatización de la YPF.

El juicio multimillonario se origina en que el 27 de febrero de 2014, menos de dos años después de la reestatización, el ministro de Economía de aquel momento, Axel Kicillof terminó de acordar con Repsol el pago de US$ 5000 millones a cuenta de compensación por el 51% que la empresa española tenía en YPF.

Y la duda es por qué Kicillof no hizo lo mismo con Petersen Energía, que poseía un 25,4% del capital de YPF y empujó el juicio.

Burford Capital espera obtener un resarcimiento de entre 5000 y 8000 millones de dólares. Buena parte de esa cifra, sino la mayor, se explica por lo que tendrá que pagar la Argentina en concepto de intereses punitorios por los más de 10 años que pasaron desde que se concretó la expropiación.