Interna de Juntos por el Cambio: el radical Mario Negri hizo un llamado "urgente" a la unidad

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El jefe del bloque de la UCR en Diputados, Mario Negri, hizo un llamado "urgente" a la unidad en Juntos por el Cambio. Su reclamo tiene connotación especial. No sólo por su

rol en el radicalismo y el Congreso, sino también por su provincia de origen, Córdoba.

Negri se manifestó a través de un posteo en redes sociales, en medio de la disputa interna por la idea del jefe de Gobierno porteño y precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, de sumar al gobernador cordobés peronista Juan Schiaretti como aliado dentro del espacio. Negri enfrentó a Schiaretti en elecciones anteriores.

Desde un sector del radicalismo remarcaban también el "cambio de Gerardo (Morales)", titular del partido y aliado de Larreta, quien hasta hace unos 15 días pedía que la negociación con Schiaretti fuera después de la elección a gobernador en Córdoba, el 25 de junio, y ahora aparece apurado como el jefe de Gobierno.

El tema de los tiempos es clave: el cierre de listas nacionales es el 24 de junio y si Schiaretti es aliado muchos entienden que interferirá (para mal) en la elección a gobernador al día siguiente.

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El candidato local de JxC es Luis Juez, quien también salió a cuestionar la jugada del sector larretista, que además de Morales, cuenta con el apoyo de la Coalición Cívica de Elisa Carrió y el Peronismo Republicano de Miguel Pichetto. Juez enfrenta a un Martín Llaryora, delfín de Schiaretti en la provincia.

La carta completa


El posteo de Negri dice así:

"Juntos por el Cambio surgió en 2015, con el nombre Cambiemos, como respuesta de partidos políticos de diferentes orígenes y trayectorias a la necesidad de vencer al kirchnerismo y devolverle a la Argentina un gobierno republicano, realmente federal y transparente. Desde la Convención de la UCR en Gualeguaychú, la coalición ya transitó ocho años de existencia. Hemos sido gobierno entre 2015 y 2019 y hemos sido oposición desde 2019. Ganamos la última elección de medio término de 2021 al kirchnerismo y lo hicimos de modo contundente.

Durante seis de esos ocho años fui presidente del interbloque de diputados nacionales de Juntos por el Cambio. Arrancamos con 85 diputados y hoy tenemos 115. Fuimos creciendo en volumen político y eso se vio reflejado en el Congreso. A fin de 2017, aguantamos unidos que el kirchnerismo y los sectores de ultraizquierda arrojaran 14 toneladas de piedras contra el Palacio Legislativo para socavar la legitimidad que nuestra fuerza política había ratificado en las elecciones parlamentarias de ese año.

En estos dos últimos años las fundaciones de los cuatro partidos que integran Juntos por el Cambio vienen trabajando en silencio y rigurosamente en un programa de gobierno. Quienes participan del trabajo pueden dar fe de la armonía y camaradería que impera a la hora de pensar el país que viene y cómo afrontar los profundos cambios estructurales que demanda nuestra República.

Porque el kirchnerismo no sólo demolió la economía de todos los argentinos, de las empresas que quieren producir, de los emprendedores que quieren salir adelante, sino que está haciendo todo lo posible por demoler las instituciones. El juicio político a la Corte Suprema de Justicia y la absoluta degradación de la figura del Presidente de la Nación son las muestras más patéticas.

Hace ya mucho tiempo que a los dirigentes que caminamos las calles del país nos paran los ciudadanos para decirnos “no se peleen”, “no se peleen”, “no se peleen”.

Por eso, me propuse como misión personal hablar con la mayor cantidad de dirigentes nacionales de la coalición para pedir que se ordenen las prioridades, que haya un programa de gobierno y una competencia serena entre los precandidatos a la Presidencia y que, en la medida de lo posible, se eviten los enfrentamientos en donde sean posible los acuerdos. Hay que procurar consensos para escuchar la demanda de unidad que nos hace la ciudadanía. El ejemplo es Córdoba, donde tras largos años de desencuentros, Juntos por el Cambio se ordenó y está ofreciendo la mejor propuesta para una alternativa de cambio.

Hoy veo que el trabajo de ocho años, con sus aciertos y con los errores de los que hemos aprendido, entró en una zona de turbulencia. Esta escaldada debe frenarse ya. Los argentinos necesitan una coalición que pueda honrar los valores que se explicitan en su nombre: la unidad, a través de la palabra “Juntos”, y la vocación transformadora, expresada en la palabra “Cambio”. Esa es la principal demanda de quienes confiaron en nosotros.

La repentina decisión de someter a un debate público la idea de conformar un “frente de frentes” para incorporar al gobernador Juan Schiaretti sin un debate ni una discusión profunda, a días de que los cordobeses tengan que elegir y decidir por una alternancia después de 24 años de un mismo gobierno, es natural que nos consterne y alarme. Nuestra coalición en Córdoba fue entrampada en un cronograma electoral fijado por la Provincia de acuerdo a las conveniencias del oficialismo y la estrategia personal del gobernador.

Este cronograma además se solapa con la definición de las candidaturas de Juntos por el Cambio a nivel nacional. Eso no es casualidad, fue hecho con esa finalidad. Si el peronismo de Schiaretti dice tener la misma preocupación por el país que nosotros en lo que refiere a la gobernabilidad, ¿por qué no lo expresó antes? Recién lo hizo cuando están por expirar los tiempos para inscribir las alianzas electorales y cuando los cordobeses nos preparamos para votar el 25 de junio un nuevo gobierno.

En estas horas de zozobra es indispensable predicar la unidad con el ejemplo y desterrar las ideas que erosionan la cohesión interna.

Juntos por el Cambio no es sólo de los dirigentes sino de una sociedad que ha venido confiando en ella. De este gobierno ya nadie espera nada, debemos ofrecerles certidumbre y confianza. Si no somos capaces de hacerlo, estaremos en deuda para siempre con ellos".

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