En abril los salarios formales volvieron a subir más que la inflación

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Por tercer mes consecutivo, por los aumentos retroactivos por las paritarias de 2022, el arranque de las primeras cuotas de los convenios de 2023 y aumentos para los que están “fuera de

convenio”, los salarios formales, con aportes a la Seguridad Social, subieron más que la inflación en abril.

Ese mes la suba salarial fue del 9,8% versus una inflación promedio del mes del 8,4%. En marzo, la suba salarial también fue del 9,8% y la inflación del 7,7%. En febrero, los salarios formales aumentaron el 8,4% y la inflación fue del 6,6%. En cambio, en enero, el alza salarial fue de apenas el 3,8% y la inflación del 6%.

Esta mejora real determinó que en los primeros 4 meses del año los salarios formales, públicos y privados, acumularán un alza del 35,7% contra una inflación promedio del 32%. Representa una mejora salarial real del 1%.

No obstante, en los últimos 12 meses, la suba de los precios fue del 108,8% y los salarios formales aumentaron el 105,2%. Una pérdida del 1,75%.

Los datos de salarios son oficiales y corresponden al RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables), cuya serie mensual arranca en julio de 1994.

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En abril, los salarios brutos (sin los descuentos) imponibles con aportes promediaron los $ 263.481,22 según las cifras oficiales sobre la base de las sumas declaradas por las empresas ante la Seguridad Social. Un año atrás, eran de $ $ 128.406,32.

Por tratarse del sueldo bruto, para determinar el ingreso de bolsillo, a los $ 263.481,22 habría que descontar el aporte de jubilación y salud del trabajador (17%) y eventualmente sumar el salario familiar por hijo/a.

El RIPTE se calcula sobre la base de la remuneración promedio de los trabajadores del sector público y privado con aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que fueron declarados en forma continua durante los últimos 13 meses.

Por esta y otras razones, el Ministerio de Trabajo considera que “el RIPTE no refleja necesariamente la evolución de los salarios del empleo registrado” porque no incluye, por ejemplo, los aumentos no remunerativos, se excluyen las remuneraciones de los nuevos empleos, considera los salarios de los puestos de trabajo del sector privado y del sector público nacional, provincial y municipal que transfirieron sus cajas previsionales al sistema nacional y tiene en cuenta el monto salarial hasta el tope imponible definido para los aportes personales al sistema de seguridad social.

No obstante, con estas aclaraciones y a falta de un índice oficial que abarque la totalidad de los sueldos registrados, el RIPTE es un indicador que permite analizar la evolución del grueso o la mayor parte de los salarios formales.

En los últimos 5 años, los salarios formales (RIPTE) tuvieron una pérdida del orden del 20% frente a la inflación.

En total, los trabajadores en relación de dependencia con aportes a la ANSeS suman unos 7,5 millones, alrededor del 75% de los casi 10 millones de asalariados en relación de dependencia registrados. El resto aporta a las Cajas provinciales u otros regímenes.

Estos 10 millones, a su vez, representan la mitad de todos los puestos de trabajo formales e informales del país (monotributistas, autónomos, asalariados sin descuento jubilatorio y trabajadores por cuenta propia informales).

Como índice salarial, el RIPTE se utiliza todos los meses para calcular (90% del RIPTE) el aumento de la cuota de las prepagas de los que ganan menos de 6 Salarios Mínimos (SMVM). Y cada tres meses (marzo, junio, septiembre, diciembre) para fijar la mitad del porcentaje de movilidad de las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones sociales y en el cálculo de las indemnizaciones por accidentes de trabajo.

También se utiliza para actualizar una vez por año el Mínimo No Imponible del impuesto a las Ganancias y para actualizar el “piso” salarial, inicialmente de $ 150.000 y que ahora está en $ 506.230 para quedar exento del pago de este tributo.

Además, actualiza el tope del Ingreso Familiar para cobrar las Asignaciones Familiares y los parámetros de vulnerabilidad socio-patrimonial para acceder a la moratoria previsional deduciendo la deuda del haber jubilatorio en hasta 120 cuotas. Y todos los meses incrementa la cuota que pagan los empleadores al Fondo de Enfermedades por el seguro del sistema de de ART.