Cierres sorpresa de algunas sucursales de Carrefour con los clientes adentro

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El miércoles pasado en uno de los locales icónicos de la francesa Carrefour llamó la atención el movimiento de empleados que se concentraban en una oficina. Minutos después bajaban las persianas de

ese hiper de gran tamaño y anunciaban su cierre a quienes estaban cargando el changuito.

La gente pudo terminar de comprar, pagó, pero ese Carrefour de avenida Elcano entre los prósperos barrios de Belgrano R y Colegiales, que ocupa media manzana con estacionamiento subterráneo, cerró para siempre. Había sido construido en 1995 y pertenecido a supermercados Norte hasta que pasara a manos de Carrefour en el dramático 2001.

Por lo que trascendió, el predio ya fue vendido para construir edificios. El último noviembre y al mediodía la modalidad fue la misma en un hiper de Balcarce, en la provincia de Buenos Aires. Este tipo de cierres, con los clientes adentro, habrían debutado en 2019 en la sucursal de avenida Congreso que tenía hasta un jardín elevado.

Fuentes de Carrefour argumentan que se trata de sucursales que “no estaban ofreciendo el resultado esperado. El personal es reubicado o indemnizado, en caso que no desee seguir trabajando”, aseguran.

Por cierto, esta estrategia de Carrefour no deja de asombrar. Lo encara mientras están en pleno funcionamiento. Algunos lo adjudican a que busca evitar una previsible rebelión del personal y de allí la sorpresa.

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Pero fuentes de la cadena señalan que “los mueve el respeto al equipo y como las sucursales trabajan de 8 a 22, el departamento de recursos humanos lo comunica en ese horario, explicando cómo se van a redistribuir los roles”. Parecen convencer ya que no hay protestas y tampoco el sindicato ha exteriorizado el rechazo.

“Se busca no interrumpir, priorizar la cercanía con los equipos y darle la certeza de que van a ser reubicados”, insistieron ante Clarín.

Cada paso que da Carrefour, considerado la biblia en supermercados por su liderazgo global detrás de Wal Mart, es seguido por los competidores. Hasta ahora son los únicos que aplican este tipo de cierres.

La firma que conduce Pablo Lorenzo, con partida de nacimiento en Argentina y 27 años en el grupo Carrefour, cuenta con 620 locales y 17.000 empleados en la Argentina. Con el sistema de precios justos, que se ofrece sólo en los super, su participación ha crecido. Y han puesto en marcha un plan de expansión en paralelo con el cierre de estas sucursales.

Así abrirán este año 10 Maxi Carrefour bajo el formato de mayoristas y otros 30 Carrefour Express que son locales de cercanía, además de apostar a las ventas por la web que ya representan el 4% de su volumen y están creciendo “exponencialmente”.

Cuentan que el grueso del personal se orienta a fortalecer este segmento tanto en lo tecnológico como en el armado de pedidos.