Los años, una obra sobre el paso del tiempo y lo que imaginamos del futuro

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El tiempo existió siempre, pero la medición del tiempo, no. Y eso modificó la percepción temporal que tenemos los humanos, de nuestro propio transcurrir. En Los años, recientemente estrenada en

la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín, el director Mariano Pensotti se arriesga a jugar con esa percepción poniendo en escena, de manera paralela y simultánea, el presente y el futuro.

La historia principal, de la que se desprenden como ramas otras historias, es tan simple como conmovedora: un hombre a sus 30 años en medio de la pandemia en 2020 y, él mismo, a sus 60, en el 2050, rodeado de sus afectos más cercanos: su mujer, su hija y sus amigos. Todo sirve de disparador para imaginar el futuro cercano y descubrir si coincide o no con lo que el protagonista imaginó.

Luego de un año de gira europea, el material más reciente del grupo Marea que Pensotti conforma junto a la escenógrafa Mariana Tirantte, el músico Diego Vainer y la productora Florencia Wasser, aterrizó en Buenos Aires con esta historia que propone una reflexión hacia adelante, aprovechando a la vez, para echar una mirada crítica sobre el presente.

"Los años" propone un escenario donde conviven el presente y el futuro de manera simultánea.
"Los años" propone un escenario donde conviven el presente y el futuro de manera simultánea.

Como todas las obras de Pensotti, en escena hay mucha información que, sin embargo, resulta totalmente accesible y natural de asimilar. Junto al músico Diego Vainer, hay una megaestructura escenográfica representando el presente y el futuro de un personaje, varios actores que van y vienen en el tiempo apenas cruzando de una caja a la otra como escenificando el fluir natural de la memoria.

Dos escenas y una pantalla

Pero además, se suma una pantalla donde se va proyectando un documental, realizado por el protagonista y que también es parte del intento por reconstruir una identidad o más de una: la ajena y la propia, a través de la ajena. A pesar de la abundancia de recursos y de la exuberancia del texto, la historia es sencilla, se resuelve con simpleza e invita a sumergirse en ella.

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Con muchas referencias a la literatura, la música, la política y hasta los vínculos de pareja y entre padres e hijos, Los años apela a la ironía, al humor, a la filosofía y a la música para desentrañar ese enigma atávico que es el paso del tiempo y lo que provoca en las personas. Por supuesto, que en ese repaso tampoco falta algo de melancolía pero es apenas un rasgo entre tantos más.

Marcelo Subiotto, Mara Bestelli, Bárbara Massó, Paco Gorriz y Julián Keck interpretan a los distintos personajes, y Demian Villanueva Barrera es el niño protagonista del documental. Todos aportan una solidez de equipo, fundamental para llevar adelante este juego osado, divertido y reflexivo a la vez. Después de todo, el tiempo es algo que atraviesa a todos por igual y nadie puede escapar de él.

La obra, luego de un año de gira europea, ahora se presenta en el Teatro San Martín. Foto Prensa CTBA
La obra, luego de un año de gira europea, ahora se presenta en el Teatro San Martín. Foto Prensa CTBA

¿Quién no se imaginó, en su niñez, cómo sería de adulto? ¿Quién no se pensó, ya adulto, años más tarde, imaginando posibilidades, situaciones, paisajes, sensaciones como si se tratara de una vida distinta a la propia?

Desde el escenario, los personajes encarnan, como espejos, ese devenir. Y aparece la posibilidad de que tal vez, la propia vida se bifurque en vidas distintas a medida que transcurren los años.

Pero ninguna vida sucede únicamente de manera individual. Y también ese proceso de transformación colectiva se presenta en la trama, descubriendo utopías y distopías que resuenan en el presente, casi siempre, fallidas. Al fin y al cabo, hay algo del tiempo que termina siendo repetitivo y circular.

Treinta años puede ser bastante para una vida humana y apenas un pestañeo para la Historia colectiva. Pero con muchos guiños, en Los años, esas tres décadas están apiñadas en 105 minutos como una forma de demostrar que, efectivamente el tiempo, además, es relativo.

El arte, la política, la vida cotidiana, los vínculos más importantes, están entretejidos en la maraña del tiempo que todo lo modifica a su paso y que, gran paradoja, sigue transcurriendo aún cuando vivimos en un presente continuo.

Esta obra (una coproducción de varias instituciones alemanas con el CTBA), por otra parte, como todas las de Pensotti y el grupo Marea, tiene una estética y una dramaturgia que, a esta altura, son una marca identificatoria del director y del teatro contemporáneo. Algo que, en el futuro, también será referencia de este presente y del teatro argentino.

Crítica: Muy buena

Los años: funciones de miércoles a domingo, a las 20.30 en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530. Entradas desde: $1.300.

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