Sun & Sea: La playa estaba serena (pero el trasfondo, inquietante)

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El Ciclo Colón Contemporáneo inauguró su temporada con la instalación-ópera-performance Sun & Sea, ganadora en la Bienal de Venecia de 2019.

Es la primera vez

El Ciclo Colón Contemporáneo inauguró su temporada con la instalación-ópera-performance Sun & Sea, ganadora en la Bienal de Venecia de 2019.

Es la primera vez

que el Colón Fábrica, ubicado en el barrio de La Boca, se ofrece como sede de una obra, con su espacio de 7500 metros cuadrados, donde almacena y exhibe producciones escenográficas, utilería y telones, de distintas temporadas de ópera. Un espacio ideal para albergar la obra de las artistas lituanas Rugilė Barzdžiukaitė (dirección y diseño de escenografía), Vaiva Grainytė (libreto), Lina Lapelytė (composición y dirección musical) que no deja de girar por el mundo.

Durante tres horas, la obra se repite cíclicamente. La primera convocatoria es a las 17, el público ingresa por tandas y permanece 50 minutos, y todo termina a las 21.

Pero en cada repetición la obra no es la misma, porque los performers cambian sus acciones.

En una playa, en La Boca

El público ve desde arriba "Sun & Sea", la performance que ofrece el Colón Fábrica. Foto Juano Tesone
El público ve desde arriba "Sun & Sea", la performance que ofrece el Colón Fábrica. Foto Juano Tesone

Los visitantes ven una playa con arena de verdad y una luz brillante de verano, poblada por veraneantes, acostados con sus trajes de baño en sus reposeras y toallas coloridas. Algunos toman mate, mientras otros leen un libro o miran sus celulares; unos niños juegan con el agua y la arena; una mujer teje; una pareja juega a la paleta y otra a las cartas; un perro olfatea los elementos de la escena.

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La playa se observa desde arriba, sin asientos asignados, se sugiere al público circular por las pasarelas que rodean el escenario, que está abajo.

El calor que no da tregua en la ciudad, y sin aire acondicionado en el lugar, suma un elemento de realismo extra.

No hay progresión dramática en las diversas historias -algunas sobre la crisis climática, los privilegios, el agotamiento de la vida laboral, y otras más surrealistas-- que se yuxtaponen y son narradas a través de canciones tan bellas como simples, con armonías consonantes e hipnóticas, y acordes repetitivos. Se intercalan momentos corales con advertencias diversas.

Veraneantes despreocupados. Los de "Sun & Sea", la obra que puede verse en Colón Fábrica- Foto Juano Tesone
Veraneantes despreocupados. Los de "Sun & Sea", la obra que puede verse en Colón Fábrica- Foto Juano Tesone

Los intérpretes, 14 solistas de ópera mezclados con los performers locales, salen airosos bajo el desafío de cantar acostados.

Sonidos pregrabados

No hay instrumentos, el sonido de un sintetizador pregrabado (se escucha a través de parlantes) deja brillar las voces preciosas de sonoridad plena que transmiten un profundo humanismo.

La Bossa nova del bronceador -con un ritmo sintético, se recitan las instrucciones para colocar el bronceador- abre y cierra la obra, en el medio se escucha Aria de la sirena a cappella, Canción de la queja (“¿Qué le pasa a la gente?/¡Vienen aquí con sus perros,/dejan mierda en la playa, pulgas en la arena!”), Comentario del filósofo, entre otras.

Lo humano, y sus actividades serenas (la obra transmite una amorosa serenidad a los visitantes), ocupa un lugar celebratorio central en Sun & Sea. Pero sobre la superficie de plácida indiferencia, subyace un fondo inquietante, quizás por lo potencialmente trágico.

Más allá de la denuncia sobre la catástrofe climática que se desliza en la obra, hay otro aspecto, tal vez, más oblicuo: en pleno auge de un proceso de virtualización de la realidad y la progresiva prescindencia del tacto físico, con su impacto en la creación de vínculos, el sentido de comunidad está bajo amenaza de disolución.

El cambio climático y el sentido de comunidad están presentes en "Sun & Sea". Foto Juano Tesone
El cambio climático y el sentido de comunidad están presentes en "Sun & Sea". Foto Juano Tesone

En un mundo que se torna cada vez más intangible, nublado y espectral, como afirma el filósofo surkoreano Byung-Chul Han, y se empieza a discutir que tan sólidas son las “no-cosas”, aparece en la escena lo concreto, lo material: cuerpos vinculados a toneladas de arena real, o como se vio en la reciente obra Resurrección, de Romeo Castellucci, la presencia de toneladas de tierra, cuerpos, excavadoras.

Sun & Sea ofrece, con su profundo gesto humanista, una reconexión afectiva a través de la observación de nosotros mismos y de los cuerpos conectados con lo material y concreto.

Ficha

Sun & Sea

Calificación: Muy buena

Libreto: Vaiva Grainytė Dirección de escena, escenografía: Rugilė Barzdžiukaitė Composición y dirección musical: Lina Lapelytė Performers: Evaldas Alekna, Aliona Alymova, Svetlana Bagdonaitė, Raminta Barzdžiukienė, Marco Cisco, Nabila Dandara, Daniel Monteagudo Garcia, Claudia Graziadei, Sandro Hahnel, Vincentas Korba, Vytautas Pastarnokas, Eglė Paškevičienė, Salomėja Petronytė, Kalliopi Petrou, Jonas Statkevičiusm, Annapaola Trevenzuoli, Elisabetta Trevenzuoli e invitados de la comunidad local. Sala: Colón Fábrica (Av. Don Pedro de Mendoza 2163, CABA) Próximas funciones: 17, 18 y 19 de marzo, a las 19

WD

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