Rosario: las dos medidas con las que el nuevo ministro de Seguridad busca frenar la ola de violencia narco

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La cantidad de homicidios y la violencia desmedida en Rosario se agrava con el correr de los días, por eso todos los focos están puestos en el nuevo ministro de Seguridad

de Santa Fe, Claudio Brilloni.

El funcionario asumió en los primeros días de febrero en reemplazo de Rubén Rimoldi. Es el cuarto ministro de Seguridad de la gestión del gobernador Omar Perotti. La duda principal que lo envuelve es qué hará para detener el control de los narcos, desde la cárcel, sobre la ciudad.

"El plan de seguridad constituye un conjunto de medidas de acción tanto preventivas como de represión del delito relacionado con el narcomenudeo, el narcotráfico y el lavado de activos", sostiene en diálogo con Clarín a días de tratarse una nueva Ley de Emergencia en Seguridad provincial. 

Y aclara: "Esas acciones tienen pilares fundamentales en la investigación judicial, la inteligencia criminal, el despliegue preventivo en base al análisis criminal y el trabajo conjunto y coordinado con todos los espacios de gobierno nacional, provincial y municipal".

El exsecretario de Seguridad destaca que uno de las claves para resolver la violencia en Rosario es que haya más vehículos en las calles, sobre todo de las fuerzas federales. "La gente reclama mayor presencia de esas fuerzas. Y aunque el trabajo con esas fuerzas es excelente, le falta dinamismo al desarrollo de las operaciones por tener pocas patrullas", afirma.

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Brilloni pidió más móviles para las fuerzas federales. Foto Juan José García
Brilloni pidió más móviles para las fuerzas federales. Foto Juan José García

La Policía Federal tiene 150 efectivos, explica, divididos en tres turnos de 50. Por eso, considera que para la extensión demográfica de Rosario "ver 50 policías patrullando no es una tarea sencilla". 

Pero no solo se necesitan más vehículos -motos, autos y camionetas- de la Policía Federal, sino también de Gendarmería, Prefectura Naval y Aeroportuaria. 

La periferia rosarina es el lugar principal donde más crímenes se cometen, es por ello que su gestión prevé llevar un mayor control a a los barrios Larrea, Empalme Granero, Industrial, Tío Rolo, Las Flores y Magnano.

"Vamos a enfocarnos en los barrios de más conflictividad y vulnerabilidad social, haciendo prevención e inteligencia y coordinando las distintas fuerzas para patrullar. A su vez, lo sustancial es adquirir tecnología para potenciar las investigaciones", dice. 

La ciudad sufre una ola de violencia y homicidios récord. Foto Juan José García
La ciudad sufre una ola de violencia y homicidios récord. Foto Juan José García

Para él, la violencia se acrecienta por la disponibilidad de armas ilegales: "Ese es el punto central de los homicidios. Si bien hay un grado de violencia instalado en todo el país y en Rosario, esto se exacerba por la accesibilidad de las armas en la calle".

Para que disminuya la cantidad de armas en manos de los delincuentes, Brilloni ya coordinó con un plan con la Anmac (Agencia Nacional de Materiales Controlados) de entrega voluntaria de armas. Además, prevé control de armerías y de profesionales que avalan que uno tenga un arma registrada. 

Los homicidios casi diarios y los tiroteos a toda hora del día tienen conexión directo con la cárcel. Desde los distintos centros de detención, los narcos referentes coordinan los ataques.

Ante esta situación, el ex director General de Operaciones de Gendarmería sostiene que dentro de los propósitos de su gestión está "el entrenamiento para motivar e incentivar la labor de los servicios penitenciarios provincial y nacional".

Al mismo tiempo, ya instalan equipos de control para las cárceles. "Empezamos con las Flores y seguimos por Coronda", destaca. En cuanto a las cárceles provinciales cuentan con "la adquisición de mayor logística".

Vecinos autoconvocados exigieron seguridad el miércoles frente al Monumento a la Bandera. Foto Juan José García
Vecinos autoconvocados exigieron seguridad el miércoles frente al Monumento a la Bandera. Foto Juan José García

Además, planea mejorar las condiciones de trabajo, porque considera que "dejan un poco que desear".

"En los próximos meses vamos a sumar inhibidores para romper la conexión que hay entre los servicios penitenciarios y el territorio. Los escáneres y el control tecnológico van a dificultad el ingreso de celulares. Y en caso de que entre alguno va a ser limitada la comunicación con los inhibidores", explica. Y reconoce que "esta situación se fundamenta en causas judiciales con detenciones, requisas y allanamientos".

Rosario. Enviada Especial

MG

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