Unos días atrás se había mudado de la Ciudad de Buenos Aires a Zárate y se había instalado en la casa de su hermana, en un barrio cerrado. Este martes, cerca de
Andrés Claudio Rivero, de 37 años, era cabo primero de Gendarmería Nacional (GNA) y prestaba servicio en el Escuadrón 7 Seguridad Ciudadana de El Palomar, a donde iba antes de ser asesinado. Recibió un tiro en la espalda.
Cuando los policías llegaron al lugar, Rivero estaba inconciente en el piso, a unos metros de la moto. El hecho ocurrió en calle España y Ruta 9, en localidad del norte del Gran Buenos Aires. Al llegar la ambulancia, los médicos constataron que el hombre estaba muerto y con un disparo en el omóplato izquierdo.
Los investigadores hallaron en la escena del crimen dos vainas servidas calibre .22. Y vieron que estaban todas las pertenencias de Rivero, en especial su arma reglamentaria, en su cartuchera y colgada en la cintura, y en su bolso dos cargadores. También sus documentos, billetera y teléfono.
Aunque la escena daba lugar a otras hipótesis, fuentes judiciales le confirmaron a Clarín que la más sólida es la de tentativa de robo. "Todavía estaba oscuro y los ladrones no pudieron ver que estaban robándole a un gendarme. Luego de dispararle, no llegaron a robarle la moto y huyeron", explicó un investigador.
Al respecto de la víctima, las fuentes contaron que "estaba viviendo en un barrio privado a pocos metros del lugar del hecho" junto a su hermana y su cuñada, quienes también son gendarmes.
"El barrio cerrado tiene cámaras, una detecta la salida de la víctima a las 5.30 de la mañana de este martes. Luego no llegamos a ver el resto de la secuencia", remarcó el investigador consultado por este medio.
Se está chequeando, de todos modos, si el gendarme tenía alguna situación previa que puede derivar en este ataque, posibles deudas o amenazas. "De todos modos, por información que ya se tiene y no de puede difundir, lo más probable es el intento de robo", sumó una fuente.
Interviene en la investigación la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Exaltación de la Cruz, a cargo del fiscal Juan Manuel Esperante.