Uñas semipermanentes: un estudio alerta por un posible riesgo para la salud

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Hay que ir muy al detalle para notarlo. Pero si se pone pausa en la tercera temporada de Emily in París se puede ver que ella --ícono del nuevo aspiracional estético influencer--

no pecó de no hacerse las manos. Se las hizo.

Ese color nude y el largo totalmente cómodo de sus uñas también es manicura. ​No hay nada de natural ahí. El estilo se llama rich girl (chica rica). Y se hace en un salón (o en casa, si hay ganas, tiempo y pulso).

Por más que la serie de Netflix se haya filmado meses antes, marca la tendencia 2023 que impuso Rosalía, Jennifer López o Victoria Beckham. Chau uñas XL y con diseños estrafalarios, hola uñas cortas y "casi naturales".

El nuevo "natural" es el esmalte semipermanente.

Ese que dura hasta tres semanas, necesita secarse en las cabinitas de luz ultravioleta y provocó un boom de apertura de salones de uñas en Argentina.

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En el medio de ese llamativo cambio hacia lo despojado en la punta de los dedos -que no deja de ser noticia en revistas como Vogue- un artículo publicado en la revista científica Nature Communications marca un alerta sobre una herramienta usada para la técnica semipermanente que puede dañar el ADN y derivar enmutaciones cancerígenas.

Es esa cabinita de secado que en la jerga de las manicuras llaman "hornito". Incluso puede ser más peligroso que las camas solares y produce severos daños a nivel celular.

Las últimas cifras de la Sociedad Argentina de Dermatología reflejan la detección de 129 mil casos de cáncer de piel al año. Alrededor de 600 argentinos mueren por melanoma (la forma más agresiva), lo que equivale a 50 pacientes por mes o 12 por semana.

Clarín consultó a expertas en dermatología y oncología para entender los resultados de esta investigación que advirtió sobre los riesgos de la belleza de manos. También dan consejos para prevenirlos.

La investigación

Investigadores de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, descubrieron que el uso de estas cabinas de luz ultravioleta para manicura generan muerte celular y mutaciones en el ADN que pueden causar cáncer.

No hablan de una marca en particular. El uso de estos dispositivos se da en todos los en los salones de uñas, se pueden comprar en Once, por ejemplo, sin problema ni exigencia de tener un título de cosmetología.

El semipermanente en las uñas es un boom. Foto: Andrés D'Elía
El semipermanente en las uñas es un boom. Foto: Andrés D'Elía

Todas funcionan en base a un espectro particular de luz ultravioleta que va de 340 a 395nm (nanómetros) para secar los productos químicos que se usan en las uñas.

Para ilustrar bien el riesgo, los investigadores lo compararon con las camas de bronceado artificial, que desde hace años tienen mala prensa entre médicos y científicos del país y del mundo.

La cama solar, tan de los 90 y los años 2000, tiene filtros que emiten radiaciones ultravioletas con un espectro potente pero que puede ser incluso menor que la usada en las cabinas de uñas. Aproximadamente, de 280 a 400 nm.

La diferencia es que ya está suficientemente demostrado que el uso de las cabinas bronceadoras de rayos UVA es cancerígeno

“Se comercializan como seguros. Pero hasta donde sabemos, nadie estudió cómo funcionan y si afectan o no a las células humanas a nivel molecular y celular hasta ahora”, advirtió Ludmil Alexandrov, profesor de medicina molecular en San Diego y autor del estudio, sobre los dispositivos de uñas semipermanentes.

El trabajo advierte que el uso de estos dispositivos emisores de rayos ultravioleta durante solo una sesión de 20 minutos "conduce a entre un 20% y un 30% a la muerte del tejido celular". En caso de estar expuesto a tres sesiones consecutivas de 20 minutos, el porcentaje de células muertas varía entre 60 y 75%.

El secado con los servicios de manicuría que se hacen en Argentina implica, en general, sólo poner la mano en la maquinita unos 60 segundos entre capa y capa (una de base y dos de color) y unos 120 segundos extra finales para el top coat o capa protectora superficial. La sesión de cama solar suele ser de unos 15 minutos. 

“Primero, vimos que el ADN se daña. También vimos que parte del daño no se repara con el tiempo y lleva a mutaciones después de cada exposición al secador de esmalte de uñas ultravioleta. Por último, vimos que la exposición puede causar disfunción mitocondrial”, explicó Ludmil.

Durante el estudio examinaron a pacientes con cáncer de piel y vieron “exactamente” los mismos patrones de mutaciones.

Si bien los resultados muestran los efectos nocivos del uso repetido de estos dispositivos en las células humanas, los especialistas admiten que se necesitaría un estudio epidemiológico a largo plazo antes de afirmar de manera concluyente que el uso de estas cabinitas de uñas aumenta el riesgo de cáncer de piel.

Manicuría de riesgo

En ciencia, la exigencia de realizar más estudios no es sinónimo de "no está probado todavía". No invalida las conclusiones obtenidas en una investigación puntual. Como esta en California. Mucho menos, con lo ya dicho en investigaciones en el mismo campo.

"Se sabe que la exposición ultravioleta en la piel produce un daño al nivel del ADN de las células. Específicamente, de los melanocitos y de todas las presentes en las diferentes capas de la piel. Esos cambios conllevan a mutaciones que inicialmente pueden ser inocuas pero con el paso del tiempo y al ser acumulativas, pueden generar algún tipo de cáncer", explica a Clarín Yanina Pfluger, jefa del servicio de oncología clínica del Instituto Alexander Fleming.

Leyó la investigación y aclara que así como hay diferentes tipos de cánceres de piel, con diferentes tratamientos, todos tienen que ver con la radiación ultravioletaEso ya está probado.

"Por eso es que se trata de desalentar tanto el uso de camas solares como ahora de cabinas de secado de uñas. Y se recomienda usar protector solar todo el año en las partes que tengamos expuestas: cara, cuello, brazos, manos", indica.

Pfluger remarca que estos datos del estudio son preliminares y que estaría bien utilizar protector solar en las manos durante la manicuría semipermanente, pero que "se necesitan estudios a gran escala y con mayor seguimiento. Para saber si es real el riesgo". Y que recién ahí "los entes reguladores deberían a futuro poder prevenir a la población".

El cáncer de piel en Argentina es frecuente y está en aumento, como en todo el hemisferio sur, donde hay mayor radiación dañina. Sobre todo, el melanoma.

"Se da más en la cara, el escote, las piernas y los brazos. Se sabe a ciencia cierta que la exposición reiterada a la radiación ultravioleta produce envejecimiento cutáneo y lesiones precancerosas y cancerosas en la piel. No hay que pensar sólo en el sol o la cama solar. También, últimamente, en estas cabinas de secado de esmalte. Las fuentes artificiales de radiación, utilizadas 10 veces o más por año, favorecen al riesgo de padecer cáncer de piel", explica a este diario Cristina Pascutto, ex presidenta de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

Volviendo a la manicuría, Laura Szafirstein, dermatóloga de la Sociedad Argentina de Dermatología, dice que si bien no crece en las estadísticas nacionales el cáncer de piel en las manos "puede ser que haya que investigar y hacer un seguimiento local para ver si esta técnica cosmética semipermanente empieza a generar un aumento de casos de cáncer de piel en esa región irradiada, la mano".

Pero le parece que la comparación con el daño de la camas solares necesita mayor comprobación. "Están dirigidas a una superficie de piel muchísimo más amplia que el dispositivo para el secado de uñas".

Igual, aconseja utilizar protector solar al momento de hacerse la manos y marca otro daño que sí ya se está viendo en el país.

"Hay muchas consultas por las láminas de las uñas, bastante más frecuentes que antes. Es atribuible a hacerse las manos con esmalte semipermanente. Se ve que la lámina de la uña se hace muy fina. Aconsejo chequear el nivel de vitamina D, administrar suplementos con aminoácidos y suspender la manicuría semipermanente", cierra.

AS

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