El seleccionado argentino fue de menor a mayor en su recorrida mundialista, teniendo su último compromiso ante Australia el cual se sufrió un poco más de la cuenta sobre el final,
cuando en líneas generales el partido fue controlado por el equipo capitaneado por Lionel Messi.
Justamente el 10 argentino fue el encargado de romper el cero ante un bloque defensivo australiano que buscaba jugar con la paciencia y los nervios del combinado nacional e intentar apelar algún error desde alguna contra.
Promediando la última etapa del primer tiempo otra genialidad del rosarino fue el hizo esbozar el grito sagrado a todos los argentinos con un verdadero golazo, fiel a su estilo, encarando de derecha a izquierda, usando un compañero de pared y definiendo junto a un palo. Así con la firma de Messi, Argentina se encontraba arriba en el marcador.
En el complemento el combinado albiceleste fue por más, un factor que en su momento era recriminado. Por momentos el equipo de Scaloni se conformaba, de manera peligrosa, con el 1-0 cuando quedaba mucho tiempo por jugar. Ahora es otra la muestra de carácter y el equipo quiere asegurar, sobre todo en estas instancias, no correr riesgos innecesarios.
Luego llegó el 2-0 tras la presión en conjunto de Rodrigo De Paul que sigue levantando su nivel y Julián Álvarez que continúa pidiendo a gritos no dejar el once inicial. Tras el apriete del volante y el ex River, Argentina estiró aún más la ventaja. Luego, para la sorpresa de todos, llegó el descuento de Australia, tras un remate de afuera del área que tenía como destino la línea de fondo.
La mala fortuna hizo que el disparo rebote en Enzo Fernández cambiando la trayectoria del balón, impidiéndole reacción alguna al Emiliano “Dibu” Martínez. Con el entusiasmo del descuento el conjunto oceánico fue por el empate dejando espacios, pecando de desprolijo.
Argentina tuvo varias para cerrar el partido, pero no se dio, alguna que le falto un metro para terminar de acomodarse a Messi y otras en los pies de Lautaro Martínez que sigue teniendo, lamentablemente, el arco cerrado.
De esta manera los últimos minutos fueron más sufridos de lo pensado. No se hacían los goles en el arco rival, pero tampoco los hacían en el del Dibu Martínez que se agigantó y dijo presente con una atajada digna de un arquero de jerarquía.
Fue la única jugada de peligro genuino de los australianos y el arquero del Aston Villa respondió, síntoma de que los tres palos argentinos están siendo defendidos por una auténtica fiera. Con este resultado, jugando bien y sintiéndose bien acompañado por la gente, Argentina se metió en los cuartos de final donde se verá las caras el viernes a las 16:00 (hora de Argentina) ante los Países Bajos que venció 3-1 en el primer turno a Estados Unidos.
Una historia mundialista
Ahora bien, el cruce entre argentinos y neerlandeses en mundiales se ha transformado en una especie de clásico con el correr del tiempo. Al igual que los duelos ante México y Nigeria que siempre han sido una fija en el recorrido copero de Argentina, en este caso toca con el equipo de Louis Van Gaal, teniendo un último antecedente más que positivo.
Ambos combinados se enfrentaron en total 9 partidos, entre amistosos y copas del mundo, con un historial a favor de los europeos con 4 triunfos, 1 derrota y 4 empates, con la salvedad que una de esas igualdades luego fue victoria albiceleste por penales. Respecto a los cruces mundialistas, el primer enfrentamiento fue en el Mundial de Alemania 1974 con una contundente victoria para los de naranja por 4-0.
El segundo cruce tiene un recuerdo único para los argentinos ya que fue la victoria del conjunto nacional por 3-1 en la final de la Copa del Mundo de 1978 con goles de Mario Alberto Kempes y Daniel Bertoni para el equipo comandado por el Flaco Menotti. En el Mundial de Francia 1998 fue otro trago amargo para Argentina.
Fue caída 2-1 en los cuartos de final de aquella cita mundialista por los goles de Patrick Kluviert y el recordado tanto de Denis Bergkamp. Varios años después, en Alemania 2006 repartiendo puntos en el empate 0-0 en el último partido de Fase de Grupos, donde nada menos que Lionel Messi jugó por primera vez de titular en un Mundial.
Ya el último antecedente está más cerca en el tiempo y también trae lindos recuerdos a los argentinos. Luego del 0-0 en el partido, teniendo el fenomenal cruce de Javier Mascherano en la última ante la definición de Arjen Robben. El equipo Alejandro Sabella y el de Van Gaal definieron el cotejo a través de los doce pasos. En la tanda la figura fue Sergio Romero que detuvo dos penales para la victoria argentina por 4-2, llevándose la clasificación a la final de aquel mundial de Brasil 2014.
De esta manera, será un duelo con mucha historia y sobre todo decisivo para seguir detrás del sueño mundialista. Por una parte llega Argentina, un equipo que va encontrando su mejor versión y que demostró haberse recuperado del cachetazo del debut, teniendo memoria del equipo que es y que lo trajo a esta Copa del Mundo. Del otro lado, un equipo aguerrido y táctico como son los conjuntos dirigidos por Louis Van Gaal que nunca ha perdido un partido como entrenador de los Países Bajos en mundiales. La única eliminación la sufrió con Argentina, pero a través de los penales, teniendo un empate en el tiempo reglamentario. En la actual cita lleva cuatro victorias y un empate.
A su vez, el entrenador neerlandés tuvo el detalle de contratar para su cuerpo técnico a Peter Murphy, entrenador de vóley para perfeccionar a sus arqueros para la tanda de penales. Hay que recordar que el ex DT del Manchester United, en Brasil 2014 tuvo una maravillosa maniobra en el duelo con Costa Rica previo al enfrentamiento con Argentina. También definiendo por penales el entrenador cambio minutos antes de que termine el encuentro a los arqueros, dándole en ingreso a Tim Krull, especialista en penales, en lugar de Jasper Cillessen. Dicha maniobra fue más que satisfactoria porque el arquero que entró para los penales detuvo dos remates de los ticos para ganar el partido.
