El temor brasilero de que la campaña presidencial termine en estallidos violentos

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El cuerpo fue encontrado a la sombra de un árbol de mango. En el Estado de Mato Grosso, un partidario del presidente Jair Bolsonaro apuñaló repetidas veces a

un simpatizante Luiz Inácio Lula da Silva tras una discusión. Prueba de la violencia política que se apoderó de Brasil en la previa a las elecciones del 2 de octubre.

“No mostró signos de remordimiento”, apuntó el jefe de policía que investiga el asesinato sobre el principal sospechoso, un leñador enojado al que “no le gustaban las opiniones izquierdistas de la víctima”. El asesinato de Benedito Cardoso dos Santos, que tuvo lugar en una remota ciudad amazónica, conmocionó al país. Pero el presidente Bolsonaro, conocido por su retórica radical, no emitió declaración alguna sobre el crimen., mientras los opositores lo acusan de haber promovido el tóxico clima político en el que se darán los comicios.

Durante las últimas elecciones, cuando el propio Bolsonaro fue apuñalado, pidió que los partidarios del Partido de los Trabajadores de Lula fueran “ametrallados”. Y tras ganar el poder, prometió una limpieza de “forajidos rojos”.

Violencia política en medio de la campaña brasilera.

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“El país avanza hacia un salvajismo que nunca antes habíamos conocido”, advirtió la semana pasada el expresidente Lula da Silva, favorito según las encuestas. “Bolsonaro y el bolsonarismo fomentan la violencia política con una intensidad que Brasil nunca ha visto”, apoyó Alexandre Padilha, diputado por el estado de São Paulo y miembro clave del equipo de campaña de Lula.

Bolsonaro promueve el odio, promueve el exterminio de sus adversarios y Bolsonaro ha repartido armas en todo el país”, agregó Padilha, y señaló cómo la cantidad de armas registradas se había disparado a casi 2 millones gracias a la flexibilización de las leyes para adquirirlas, por parte del presidente.

Un debate que se puso en el centro de la campaña hace dos semanas cuando el juez Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal (el mismo que en marzo de 2021 anuló las sentencias dictadas contra el expresidente Da Silva por la justicia federal de Paraná dentro de la operación anticorrupción Lava Jato), puso restricciones a la venta de armas con un fallo: emitió medidas cautelares contra la liberación de la venta de armas de fuego debido al riesgo de "violencia política".

Violencia política en medio de la campaña brasilera.

"No concuerdo en nada con el señor Fachin", declaró Bolsonaro durante una entrevista. “¿Violencia política? Todas las dictaduras fueron precedidas por campañas de desarme de la población”, subrayó el presidente, que desde su llegada al gobierno en 2019, promulgó decretos para la flexibilización de la portación y compra de armas. En respuesta a Fachin, su hijo Eduardo Bolsonaro propuso a través de una serie de mensajes en Twitter, la formación de grupos de civiles armados. "¿Usted compró un arma legal? ¿Usted frecuenta algún club de tiro?. Entonces usted tiene que transformarse en un voluntario de Bolsonaro. Pídale a su candidato a diputado federal adhesivos y panfletos del presidente, distribúyalos", escribió el diputadoç

El llamado de Eduardo Bolsonaro fue dirigido al llamado grupo CAC (cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas), que según datos publicados por el diario Folha, alcanzó el millón de miembros en julio pasado. El crecimiento del CAC fue del 187% con respecto a 2018: a fines de julio habían registrado 1.006.725 armas, frente a las 350.683 de 2018. "Queremos armas de fuego para los buenos ciudadanos. No se olviden de que las personas armadas nunca serán esclavizadas. Hay un ladrón por ahí que sueña con volver a desarmar a su pueblo", había pronunciado Jair Bolsonaro en abril durante un discurso.

Violencia política en medio de la campaña brasilera.

Para Edson Fachin, en oposición, "la campaña electoral exacerba el riesgo de violencia política”, y se “torna de extrema y excepcional urgencia la necesidad de restringir el acceso a las armas y municiones", escribió el magistrado del Supremo Tribunal Federal, la Corte Suprema de Brasil.

De acuerdo con el tribunal, solo pueden tener armas “las personas que demuestren concretamente su efectiva necesidad”, una de las reglas que Bolsonaro flexibilizó por decreto. Fachin justificó haber tomado la decisión “a la luz de los recientes y lamentables episodios de violencia política”. Una advertencia del clima en el que se dará la votación en Brasil, donde la oposición ve los ecos de la derrota de Donald Trump en Estados Unidos: el presidente norteamericano cuestionó el resultado y sus partidarios tomaron por la fuerza en Capitolio.

Violencia política en medio de la campaña brasilera.

A principios de agosto, más de un millón de brasileños de todo el espectro político, firmaron un manifiesto advirtiendo que la democracia enfrentaba un momento de “inmenso peligro”. “Tengo plena confianza en el sistema electoral de Brasil. Eso tampoco significa que sea infalible. Pero estoy seguro de que, como dice el presidente, el pueblo tendrá su opinión”, apoyó Ciro Nogueira, jefe de gabinete de Bolsonaro, despejando las dudas.

Y Lula predijo que el presidente no tendría más remedio que aceptar la derrota, tal como se vio obligado en la práctica a hacer su aliado estadounidense Donald Trump después de perder ante el demócrata Joe Biden. “Es una copia mal hecha de Trump”, calificó Lula a su rival de derecha. “Trump también trató de evitar aceptar el resultado. Intentaron asaltar el Capitolio. Pero tuvo que retroceder y estoy seguro de que aquí en Brasil el resultado de las elecciones será aceptado sin ningún tipo de cuestionamiento”, concluyó.

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Partidario de Bolsonaro armado. | Foto:Bloomberg