Violento crimen de un joven arquitecto, víctima 187 de la inseguridad en Rosario

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Las huellas de sangre sobre la puerta de su casa, es la nueva triste imagen de Rosario (Santa Fe). Herido de muerte, con tres tiros en su cuerpo, Joaquín Pérez cayó

en el ingreso a su vivienda cuando su mujer y su hija fueron a ver quién golpeaba.

El martes 19 por la noche, el joven arquitecto de 34 años había ido a guardar su auto en el garaje a la vuelta de su casa cuando dos sujetos en moto lo sorprendieron para robar el vehículo y escapó corriendo a su casa, de Juan B. Justo al 1.700, con los disparos a cuesta. Vecinos trataron de reanimarlo mientras llegaba la ambulancia. Falleció en el quirófano del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.

El barrio de Arroyito estaba indignado, los vecinos reclamaban justicia y el “hasta cuándo” o el “nadie hace nada”, se repiten como en letanía, como en cada rincón de Rosario que sigue acumulando muertos por inseguridad: 187 en lo que va del año, 11 en el mes de octubre. La Red de Vecinales Rosarinas Unidas por la Seguridad convocó para el jueves a las 19.30 a una marcha en la esquina de Av Alberdi y Juan B Justo, a metros de la casa donde vivía Joaquín Pérez.

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En tanto, el intendente Pablo Javkin, quien en campaña aseguraba saber “cómo hacer que las fuerzas de seguridad cumplan con su tarea”, afirmó ante los medios que “a estas cosas no nos podemos acostumbrar, si vinieron fuerzas nos tienen que cuidar más, arruinaron una familia”.

Una de las vecinas del arquitecto asesinado e integrante de la Vecinal Arroyito, Laura D’Agostino dijo que “escuchamos tiros y después los golpes en la puerta, pudimos asistirlo, un médico que vive enfrente hizo reanimación hasta que llegó la ambulancia".

"No se puede seguir así, aquí todavía no llegó la Gendarmería que prometieron, creo que esto resuelve interviniendo de otra manera. Los comandos de la policía pasan, pero no intervienen", agregó la mujer.

"La gente está asustada porque no sabe a quién le va a tocar, es una lotería. Joaquín era un pibe sano, que no estaba en nada, trabajador. Fue muy fuerte porque él llegó corriendo herido y cuando la mujer abre la puerta él se cayó delante de ella y de su pequeña hija".

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En marzo de este año, hubo otro asesinato en ocasión de robo en Arroyito, Osvaldo, un jubilado de 69 años a quien ultimaron de un tiro cuando salió en defensa de su mujer a quien había asaltado. A una semana de la llegada a Rosario del ministro de Seguridad de la Nación, Alberto Fernández, quién junto al gobernador Omar Perotti pusieron en funciones a 575 gendarmes, Rosario sigue con el mismo promedio de violencia en sus calles. La Red de Vecinales hace semanas piden reunirse con el ministro de seguridad de la provincia, Jorge Lagna, pero no responde el reclamo.

El intento desesperado de Joaquín Pérez por llegar a su casa, herido, sus huellas ensangrentadas sobre la puerta, describe como nadie el pedido desesperado de una ciudad que exige hace años seguridad. Son las marcas de otra vida joven que se cobra una ciudad que tiene a sus políticos en campaña, lejos de la gente, donde la inseguridad no es tema de agenda.

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