La crisis migratoria se hace visible en la frontera entre EE.UU. y México, convirtiéndose en un nuevo desafío político y humanitario para el Gobierno de Biden.
Esta crisis migratoria se ha convertido en un desafío para el Gobierno del presidente Joe Biden, quien había prometido ser más “humano” hacia los migrantes y aquellos en busca de asilo que su predecesor republicano, Donald Trump.
Sin embargo, ahora esta Administración ha dado inicio a deportaciones masivas vía aérea de haitianos. Tres vuelos diarios hasta desmantelar el improvisado campamento ocupado por migrantes. El mensaje está claro. Los migrantes no son bienvenidos.
Pero esto no es todo. Lo que provocó gran conmoción son estas imágenes que han causado polémica, al mostrar a patrulleros fronterizos violentar con látigos a un grupo de migrantes haitianos que intentan cruzar el Río Grande, en Texas.
Son maniobras de presión ejecutadas por agentes fronterizos y policías para obligarlos a regresar a suelo mexicano.
Este maltrato por parte de guardias fronterizos hacia los migrantes, genera indignación y una ola de críticas. El líder demócrata en el Senado de EE.UU., Chuck Schumer, describió esta política como una práctica xenófoba que ha tomado fuerza desde la Administración Trump.
Las estadísticas señalan que durante la Administración de Biden las detenciones de los indocumentados han batido récord todos los meses desde marzo. El mandatario demócrata tampoco cumplió su promesa de invertir 4000 millones de dólares en Centroamérica para tratar de resolver de fondo el problema de la migración.
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