No hay una sola pandemia de Covid en el mundo, hay tres: en cuál está la Argentina

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Hace varias semanas, Clarín entrevistaba por otra nota sobre Covid a Roberto Debbag -presidente electo de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica- cuando el médico sorprendió con esta

afirmación: dijo que hoy hay más de una pandemia. En concreto, tres. ¿Cómo se ubica la Argentina en ese escenario?

Debbag aclaró que la pandemia avanza según tres patrones o modelos distintos: “Por un lado, el de Estados Unidos, una pandemia del reticente a vacunarse (con disponibilidad plena de dosis, sólo la mitad tiene el esquema completo). Luego está la pandemia europea. Podemos tomar el Reino Unido u otro país como ejemplo y se verá que es una forma mixta entre no vacunados o vacunados en forma incompleta, y vacunados con dos dosis”.

En Argentina y en América latina “pareciera haber un tercer tipo de pandemia, donde la población no vacunada o que tiene sola una dosis es bastante mayor que la que está cubierta. Las dosis en estos países llegaron con mucha más demora, lo que generó también cifras muy altas de hospitalización y fallecimientos”.

La charla con Debbag fue hace algunas semanas. Desde entonces, la vacunación en Argentina repuntó, aunque hay que decir que cerca del 40% de los mayores de60 años todavía no tiene el esquema completo.

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Personal médico trabaja en una unidad de Terapia Intensiva con pacientes Covid, en Buenos Aires. Foto: EFE

Personal médico trabaja en una unidad de Terapia Intensiva con pacientes Covid, en Buenos Aires. Foto: EFE

Las vacunas, visto así, son un activo cuya oferta y demanda está trazando senderos sanitarios bien disímiles en el mundo.

Balance

Clarín le pidió su visión de los modelos de pandemia y de la situación local a Santiago Neme, joven médico tucumano que vive en Estados Unidos hace dos décadas.

Neme es especialista en enfermedades infecciosas y magíster en salud pública, además de ser quien dirige el UW Medical Center–Northwest, en Seattle, uno de los hospitales donde llegaron los primeros casos de Covid y donde nacieron las primeras pruebas diagnósticas del virus.

En coincidencia con Debbag, dijo que “la pandemia tiene distintos 'sabores', según el acceso y la aceptación de las vacunas. Estados Unidos tiene la fortuna de tener mucho suministro, pero también el gran problema de que muchos no se quieren vacunar. Más del 98% de los casos que vemos son personas no vacunadas con una dosis”.

En Estados Unidos "el modelo es de mucha oferta y poca demanda de vacunas. En los países en desarrollo, lo que hay es un problema de oferta. Y en Europa es variado según el país. Son distintos desafíos, pero el problema es común a todos”, resumió.

En Godoy Cruz, Mendoza, vacunación contra el Covid-19, Foto: Los Andes

En Godoy Cruz, Mendoza, vacunación contra el Covid-19, Foto: Los Andes

Si bien en Argentina la creciente llegada de dosis resulta tranquilizadora, la parsimonia con la que se dio este proceso representó tal costo (casi 110.000 muertos, al cierre de esta nota) que no hay palabras adecuadas para expresarlo.

¿Podría repetirse esa demora si la vacuna contra el Covid se incluye en el calendario obligatorio anual? El mundo entendió que el manejo de los tiempos, en materia epidemiológica, es clave.

Por algo la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene enfatizando el problema de la inequidad en el acceso mundial a las vacunas, en un mundo en el que la movilidad puede trasladar una pandemia de una punta a la otra del globo, en solo horas.

Para Neme, el escenario es casi irracional: por mucho que haya mejorado la  campaña de vacunación, "allá (por Argentina) todavía aguardan segundas dosis y acá (por Estados Unidos) ya se piensa en una tercera. Pero la mayor parte del mundo ni siquiera tiene la primera inyección”.

No suena bien si es como dice Debbag : que "entramos en una era pandémica".

Por eso según Neme, "nunca fue más importante vacunarse. Lo antes posible, con esquema completo y con la vacuna que esté a disposición”.

Aerosoles

Tal vez se hubieran evitado miles de muertes si científicos como José Luis Jiménez hubieran tenido un rol influyente en la gestión mundial de la pandemia. Jimenez es químico, investigador de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, y uno de los expertos que anticipó el rol clave de la transmisión aérea del Covid por medio de partículas llamadas aerosoles.

Fue, además, uno de los fundadores del grupo Aireamos (cuyo representante local es el físico Jorge Aliaga), que entre otros aspectos promueve el uso de sensores de dióxido de carbono (CO2) en ambientes cerrados, para advertir si el aire está “turbio”, lo que promovería los contagios.

Un bar porteño en Palermo, cuando se habilitó el aforo del 25% de la capacidad. Foto: Juano Tesone

Un bar porteño en Palermo, cuando se habilitó el aforo del 25% de la capacidad. Foto: Juano Tesone

“Me parece muy acertado observar diferencias sujetas a la disponibilidad de vacunas y su grado de aceptación entre los países. Esto, desde luego, condiciona la situación de cada lugar”, evaluó.

Sin embargo, matizó: “Esto no es estático y va a seguir cambiando si sigue habiendo olas muy fuertes como la de variante Delta. En países como Estados Unidos hay mucha gente que no se vacunó porque las vacunas eran nuevas y se asustó. Pero a medida que lleguen el otoño y el invierno, creo que se van a vacunar y solo van a quedar los antivacunas”.

De la Argentina, Jiménez apostó a que “con el tiempo haya mayor disponibilidad de vacunas”. Pero, si bien remarcó que “desde luego que la vacunación es la variable más importante”, aclaró que “no es la única”.

“Mientras no estemos todos vacunados y surjan variantes que se transmitan como Delta -más otras que evadan las vacunas aún más-, hay que seguir prestando atención a la transmisión”, subrayó.

Uso de barbijo al aire libre en el verano porteño 2021. Foto Fernando de la Orden

Uso de barbijo al aire libre en el verano porteño 2021. Foto Fernando de la Orden

“Todo depende de las medidas que se adopten. Los países que mantengan el uso de barbijos o los mejoren, o mejoren la ventilación, o midan el CO2, o no hagan nada. Todo eso hará diferencias”, advirtió.

Y cerró con un ejemplo elocuente: “Bélgica decidió que restaurantes, bares, gimnasios y teatros, que son sitios de alto riesgo, tengan una medida de dióxido de carbono pública, si quieren estar abiertos. Deben estar bajo cierto límite, o serán sancionados. Lo están haciendo en serio. Otros lugares no se atreven”.

MG / PS