Temperaturas inéditas y el infierno de las llamas: la ola de calor en Canadá no da tregua

incendios devastadores, la población ha debido afrontar situaciones límite una tras otra. 

Es que la pequeña localidad canadiense está en el centro de los extremos episodios  climáticos que afectan la zona occidental de Canadá. Luego de registrar la temperatura más alta en la historia del país (49,6 grados centígrados), en las últimas horas una gran parte de la población de Lytton tuvo que evacuar la zona por un incendio.

Según fuentes locales, las llamas se propagaron en solo 15 minutos, lo que obligó a muchos a abandonar sus hogares sin llevarse nada consigo.

"Toda la ciudad está en llamas", dijo el alcalde Jan Polderman a CBC News respecto el incendio, en el cual se registraron llamas de más de un metro de altura. 

Así, le indicó a los residentes que abandonen la localidad y se dirijan a Boston Bar, la más cercana. "Conduje a través del pueblo y todo era humo, llamas y cables caídos", se lamentó.

Erica Berg, de la oficina de información contra incendios, explicó que la orden de evacuación ha sido emitida una hora después de que comenzara el incendio, si bien no ha dado detalles sobre su envergadura.

Los habitantes fueron desviados a comunidades cercanas donde se instalan refugios, mientras que el Servicio de Incendios de Columbia Británica trasladó hombres y vehículos al lugar para atacar el fuego

El fuerte viento, de hasta 71 kilómetros, y el clima cálido y seco empeoraron la situación.

Las altas temperaturas también acosan a la pequeña ciudad de 250 habitantes. En medio de una ola de calor sin precedentes, en Lytton rompieron el récord canadiense de todos los tiempos de 45 grados centígrados, que se había establecido el 5 de julio de 1937. Primero lo hicieron el domingo pasado, cuando el termómetro marcó una temperatura de 46,6 grados (1,6 grados más alto que el récord anterior).

Lejos de aplacarse, al día anterior volvieron a registrar una nueva marca histórica, con los ya mencionados 49,6 grados centígrados. La ola de calor récord que azotó a Columbia Británica esta semana se cobró 486 vidas en solo cinco días. 

Estos datos hicieron saltar las alarmas, ya que superan con creces la media de fallecimientos diarios ocurridos en años anteriores por las altas temperaturas.

Esto constituye, según el gobierno, en un aumento del 66% de los decesos para un período de cinco días respecto a 2020, según informaciones de la cadena de televisión Global News.

"Si bien es pronto para decir cuántas de estas muertes están efectivamente relacionadas con el calor, creemos que el aumento significativo se puede atribuir a las condiciones meteorológicas extremas", señaló Lisa LaPointe, de la Policía.

Según Nikos Christidis, un científico climático de la Met Office del Reino Unido, este tipo de episodios no serían posible sin el cambio climático provocado por las acciones humanas.

"Las posibilidades de que esto ocurra de forma natural son una vez cada decenas de miles de años. En el clima actual, un junio extremadamente caluroso es común y es probable que ocurra dos veces en tres décadas", afirmó en un comunicado de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). 

El calor intenso, especialmente cuando se combina con rayos, aumenta el riesgo de incendios forestales.

El calor es causado por una combinación de un patrón de bloqueo atmosférico significativo que ha dado lugar a una cúpula de calor, con baja presión a ambos lados, y que no se mueve a lo largo de la corriente en chorro.

Esta ola de calor se produce inmediatamente después de otra histórica ola de calor hace menos de dos semanas que arrasó el desierto del suroeste de EE.UU. y California con cientos de máximos históricos.

Con información de la agencia ANSA y AFP

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