La carroza dorada de los reyes Guillermo y Máxima: ¿un símbolo del racismo en los Países Bajos?

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El Carruaje Dorado fue un regalo de los vecinos de Amsterdam a la reina Guillermina de Países Bajos en 1898. Hoy es un reflejo de la evolución social y del debate

sobre el pasado colonial neerlandés: uno de sus paneles muestra una mujer blanca en un trono rodeada de esclavos depositando regalos a sus pies.

La controversia en torno a esta pieza histórica llevó a los reyes Guillermo Alejandro yMáxima, que mantenían este carruaje a buen recaudo en los establos reales en La Haya, a renunciar a su uso temporalmente.

La razón: se aviva el debate sobre sus paseos por las calles en un carruaje donde se glorifica la esclavitud en cada Prinsjesdag, el día que el gobierno neerlandés presenta los presupuestos anuales y se inicia del año político.

La carroza, denominada Gouden Koets en holandés,se expone desde este fin de semana y hasta febrero de 2022 en el Museo de Amsterdam.

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Los entonces príncipes Guillermo y Máxima, en su casamiento, en febrero de 2002, en la ahora polémica carroza dorada. Foto: AFP

Los entonces príncipes Guillermo y Máxima, en su casamiento, en febrero de 2002, en la ahora polémica carroza dorada. Foto: AFP

No está claro si los reyes de Países Bajos tienen intención de volver a usarla cuando termine la exposición, una decisión complicada que deberán tomar presionados por el debate sobre el papel de la esclavitud en Holanda.

Debate en el país

Margriet Schavemaker, directora artística del museo de Amsterdam, subrayó que esta exposición es “una respuesta al debate social” que permitirá a la sociedad “acercarse al carruaje desde todos los ángulos, tanto literal como figurativamente”.

Además, dará “espacio para todas las perspectivas, historias y opiniones diferentes, tanto las conocidas como las menos conocidas”, agregó.

“Los visitantes pueden crear sus propias opiniones bien informadas sobre el carruaje”, remarcó la funcionaria.

Máxima Zorreguieta y Guillermo de Holanda, en el Carruaje Dorado durante su boda, en febrero de 2002, en Amsterdam. Foto: AFP

Máxima Zorreguieta y Guillermo de Holanda, en el Carruaje Dorado durante su boda, en febrero de 2002, en Amsterdam. Foto: AFP

Esta pieza fue un regalo de Amsterdam a Guillermina a finales del siglo XIX y muchos vecinos de la capital neerlandesa contribuyeron a construirla: los almohadones están bordados por chicas huérfanas que residían en el orfanato instalado en el mismo edificio que hoy alberga el Museo de Amsterdam.

Una restauración que llevó 5 años

Por primera vez desde su fabricación, fue sometido a una restauración: especialistas holandeses y extranjeros lo desmontaron completamente, examinaron cada pieza y realizaron los trabajos necesarios en la madera y el cuero, las piezas textiles, las ruedas y la pintura dorada.

La operación estética costó cinco años de trabajo y 1,2 millones de euros, que corrieron a cargo de la Casa Real.

El punto de partida importante para la restauración fue que el carruaje pueda usarse de forma segura como un coche en el futuro, aunque preservando su valor histórico como objetivo de arte.

Esa restauración artística incluía el debate sobre qué hacer con uno de sus laterales, “Tributo desde las colonias”, donde se muestra a una mujer blanca sentada en un trono y rodeada de personas negras que se inclinan ante ella.

Antes de comenzar la restauración en 2016 ya se había iniciado el debate social sobre lo que se debe hacer con el polémico panel: los más críticos creían que, al glorificar la esclavitud, el carruaje no debe usarse más y el panel debe ser remplazado por otro.

Los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, inauguran la exposición "El Carruaje Dorado", en el Museo de Amsterdam, este jueves. Foto: EFE

Los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, inauguran la exposición "El Carruaje Dorado", en el Museo de Amsterdam, este jueves. Foto: EFE

La postura del rey Guillermo

El rey, por el contrario, defendió que el Gouden Koets debe ser restaurado a su estado original “como parte del patrimonio cultural neerlandés” porque “no vamos a reescribir la historia”.

Guillermo Alejandro optó por involucrarse también en la exposición y fue a inaugurar personalmente la exhibición de la pieza, que se puede ver en un recinto de vidrio en el patio durante ocho meses.

Pero el monarca dejó sin responder preguntas clave: ¿Volverán a verlo los holandeses en las calles y en las bodas de los herederos al trono como ocurrió durante más de un siglo?

Hay quienes defienden dejar de usarlo, pero no por el controvertido panel sino porque es un objeto de arte que ha tenido una restauración millonaria y no debe conducirse debajo de la lluvia, o arriesgarse a que una persona le lance, por ejemplo, una lata de pintura que exija someterlo a nuevos trabajos de restauración.

El propio Parlamento holandés está dividido sobre el futuro del Gouden Koets.

Los partidos de izquierda y el progresista D66 creen que esta pieza está en el lugar al que pertenece, un museo; la ultraderecha insiste en que el rey debería volver a pasear en su carruaje; y los liberales de derecha, como los del primer ministro Mark Rutte, no lo tienen claro.

Pero esto también es parte del debate en marcha.

A finales de 2019, el Museo de Amsterdam dejó de usar el término “Edad de Oro” para referirse al periodo artístico del siglo XVII en Países Bajos al considerar que no refleja muchos aspectos negativos que ocurrieron durante ese período, como la pobreza, la guerra, el trabajo forzoso y la trata de personas. 

Fuente: EFE

CB