La ingeniera argentina y su granito de arroz en Sierra Leona

Economia
Lectura

Cuando le ofrecieron ir a Sierra Leona para ayudar a las comunidades a obtener arroces de alto rendimiento, Guadalupe Montiel puso su vida en suspensión. Esta ingeniera agrónoma de 34 años

decidió viajar sola, dejar a sus chicos de 9 y 5 años unos meses en Argentina y se instaló en una pequeña aldea, en Torma Bum, en el distrito de Bonthe, al sur de Sierra Leona tras siete horas de viaje por diversos caminos desde la capital, Freetown. Allí es la CEO de una granja con 50 personas empleadas que capacitan para diversos trabajos como la mecánica, las tareas agrícolas y la computación, entre tantas otras.

En Torma Bum el invierno no existe y el verano es permanente con temperaturas que bajan desde los 45 grados recién en la época de lluvias.

“Es mi viaje al otro lado”, comentó Guadalupe en lo que es un zambullirse incesante en otra cultura en una comunidad en la que la tierra es de propiedad colectiva, tiene un líder, son de fe musulmana, mujeres y hombres van semidesnudos con ropas ligeras, le ofrecen casamiento casi todos los días y para entenderse necesita traductor en un país en el que muy pocos hablan inglés. Y en el caso de la aldea el idioma es el Mendé, de la tribu que habita en el lugar.

Guadalupe Montiel en Sierra Leona

Guadalupe Montiel en Sierra Leona

BANER MTV 1

Apenas recibida, Guadalupe se mudó de Buenos Aires a Corrientes donde su familia, también de ingenieros agrónomos, se especializa en arroz. Y allí decidió investigar y doctorarse en la genética del grano, que es alimento de millones de personas. También conoció a dos egresados de la UBA que emigraron a Africa para fundar la West African Rice Company, los hermanos Emiliano y Jorge López Menéndez dedicados a prestar servicios tecnológicos y transformar plantaciones de arroz silvestre en otras de mayor rendimiento, un paso indispensable para un país con pocos recursos y que importa el 70% de sus alimentos.

Ya en la aldea, Guadalupe se encontró con una casa de mínimo confort y un grupo electrógeno que solo se enciende de noche para conectarse. Pero al observar las costumbres , diseñó enseguida una choza, su African hut, para poder recibir a los lugareños.

Guadalupe Montiel en Sierra Leona

Guadalupe Montiel en Sierra Leona

Cuenta que los suelos son heterogéneos, que han implementado riego aprovechando el caudal del rio Sewa que manejan con cautela. “El proyecto siempre me atrajo muchísimo, se basa en la ayuda a pequeños productores y la mecanización en un sistema de agricultura de supervivencia, ellos dan su vida por las comunidades”.

La compañía de los argentinos emplea a 100 personas y además de la granja en Sierra Leona manejan otra en Kenya donde producen arroz, maíz y soja, una iniciativa empujada por inversores y organismos internacionales. “A África le faltan diez años de incorporar maquinarias, genética, técnicos, gente que los capacite y profundice la extensión, estamos lejos de los potenciales de rendimiento, pero son 400 millones de hectáreas para poner en marcha desde cero. Son muchos años de abandono del país y del continente. Cada logro lo disfrutamos muchísimo”, dice Menéndez que lleva, además, la maquinaria made in Argentina.

Sierra Leona es uno de los países con mayor índice de pobreza de África occidental, pero es rico en recursos naturales, principalmente los diamantes, cuya extracción en medio de la codicia y la violencia originó una de las guerras civiles más cruentas que azotó al país durante 10 años en la última década del siglo pasado.

En estos días Guadalupe está en su proceso de doctorado en Luisiana, Estados Unidos.

-¿Volverás a Sierra Leona?

-Claro que sí. Cada pequeño avance es una mejora inmensa para la comunidad y eso le da sentido a mi profesión.