Son horas decisivas. El Gobierno porteño se enfrenta a una de las decisiones más difíciles: definir cómo seguirá el ciclo lectivo desde el lunes. Es un dilema que integra aspectos educativos,
sanitarios, de transporte y -también- políticos.
Por eso, ayer por la tarde el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta reunió en un Zoom a los titulares de Educación Soledad Acuña, de Salud Fernán Quirós, de transporte Juan José Méndez y el vice Diego Santilli, entre otros, con el objetivo de analizar contagios, curvas y tendencias. Y los pasos a seguir. Dejaron la decisión final para hoy, cuando harán los anuncios.
La intención del Gobierno porteño es seguir con las clases presenciales como estaban antes de la suspensión. Es decir, con presencialidad acotada a los protocolos en los niveles inicial, primario y educación especial; y bimodalidad (combinación de presencialidad y virtualidad) en la secundaria. La idea es sostener este esquema lo máximo posible, para mostrar que en la Ciudad la escuela siempre será lo último en cerrar y lo primero en reabrir.
Pero el crecimiento de casos de los últimos días preocupa y obliga a recalcular y analizar bien la decisión a tomar. Todos los funcionarios esperaban ayer la mirada de Quirós sobre este momento epidemiólogico.
Mientras tanto, crece la presión del gobierno nacional para que la Ciudad cierre sus escuelas, que está liderada por Nicolás Trotta. El ministro de Educación nacional lo vino expresando desde el jueves pasado, cuando se conoció el contenido del DNU presidencial del nuevo confinamiento.
Nicolás Trotta. El Ministro de Educación afirma que en el AMBA no va a haber clases el lunes.
Como la norma estableció un cierre total por nueve días, con tres días hábiles en el medio, las autoridades porteñas suspendieron las clases (tanto presenciales como virtuales) en el distrito y pasaron esos tres días a diciembre. El argumento fue que, con este reacomodamiento del calendario escolar, se prioriza la presencialidad, habida cuenta que para fin de año se esperan mejores condiciones sanitarias.
Desde Ciudad también dijeron que entonces se acordó con Nación que el lunes 31 todo vuelve a como estaba antes, debido a que el DNU tiene fecha de inicio y de finalización.
Trotta calificó la decisión de “especulación política”. Dijo que es “una irresponsabilidad” afirmar que las clases presenciales iban a volver el 31, porque aún no se conocían los números de contagios que iba a haber.
Pasada la semana, el ministro de Educación salió ayer a plantear fuerte que, con los números de contagios que se están registrando, “en el AMBA no vuelven las clases”.
El argumento es que el decreto presidencial establece un semáforo sanitario y la Ciudad está en “alerta epidemiológica”. Ese rojo oscuro obliga a Ciudad a cerrar las escuelas, dicen desde Nación.
Para la Ciudad, en cambio, el distrito es autónomo para tomar este tipo de decision de política educativa. Exhiben el fallo de la Corte Suprema, que los avala.
Trotta reiteró ayer que las decisiones relativas al cierre de escuelas deben tomarse en la “mínima unidad geográfica” posible porque así fue establecido por el Consejo Federal de Educación e insistió que el AMBA es la mínima unidad geográfica para este territorio. Desde Ciudad le contestan que la mínima unidad geográfica es la Ciudad y no el AMBA, y que en eso la Corte les dio la razón.
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