Carla Vizzotti festejó con un tuit los "10 millones" de vacunas en Argentina, pero sólo el 2% de la población recibió dos dosis

flashes, en un nuevo capítulo de épica oficialista.

Una de las personas que acompañó al Presidente fue Carla Vizzotti. "#10MillonesDeVacunas", celebró un rato más tarde la ministra de Salud, con la imagen de una camiseta argentina y épica futbolística y maradoneana.

No obstante, a pesar de la campaña oficial, los números desnudan una pobre campaña de vacunación: apenas el 2% de la población recibió las dos dosis.

"#10MillonesDeVacunas" fue la consigna que lanzó el Ministerio de Salud en las redes sociales. Allí se sumó Vizzotti, que reemplazó a Ginés González García tras el escándalo del Vacunatorio VIP. No fue la única.

"10 millones de motivos para tener esperanza", escribió Santiago Cafiero, otro de los miembros del gabinete que se mostraron en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Ezeiza, en el arribo del vuelo de Aerolíneas Argentinas desde Beijing, China.

En rigor, la campaña había comenzado más temprano en Twitter, antes de la llegada de la aeronave, impulsada por la militancia del Frente de Todos.

La nueva ola de exitismo oficial se entremezcla con las puestas en escena ante la llegada a cuenta gotas de aviones con vacunas, con el paralelo montaje oficial al arribo, que este jueves sumó hasta la presencia presidencial.

El tuit de Vizzotti se suma a otras imágenes de algarabía entre lo sanitario, lo patriótico o lo político, como el uso de una polémica V de clara referencia peronista usada para graficar la campaña de vacunación, luego borrada ante las críticas. 

Pero los propios datos oficiales desmienten el optimismo del Gobierno, que para esta altura del año esperaba contar con 20 millones de dosis.

Según el Monitor Público de Vacunación (actualizado a las 18 del jueves), solamente 922.488 personas recibieron las dos dosis que contemplan las vacunas adquiridas por la administración de Alberto Fernández.

El Instituto Geográfico Nacional estima que el país tiene 45.376.763 habitantes. Así, apenas el 2,03 por ciento de la población completó el esquema de vacunación contra el Covid.

Además, con el envío reciente termina el contrato firmado por la vacuna Sinopharm.

Por eso, el Gobierno acelera las gestiones para recibir dosis desde Estados Unidos: ya se reactivaron las conversaciones con Pfizer y hubo reuniones con AstraZeneca para destrabar el demorado arribo del producto que se desarrolló en conjunto con la Universidad de Oxford. Y en cuya producción, en parte, participa la Argentina.

Una realidad que, a todas luces, contradice la épica oficialista que signó una nueva jornada en Ezeiza.

Es que la Casa Rosada transmitió en su canal de Youtube durante más de 55 minutos el aterrizaje y la posterior descarga de los primeros contenedores del último envío.

En el atardecer del jueves, Fernández, Vizzotti, Cafiero y Pablo Ceriani (presidente de Aerolíneas Argentinas) supervisaron la descarga de los primeros contenedores.

Fue casi una hora de transmisión, en la que el Presidente saludó a la tripulación y a trabajadores de Ezeiza y conoció el funcionamiento de las cámaras de frío utilizadas para refrigerar la Sinopharm. Se retiró sin hacer declaraciones.

Una aparición a tono con otros episodios recientes.

Ya el lunes Twitter había tenido que modificar una campaña de la plataforma para la difusión de información fiable en el marco de la Semana de la Vacunación.

El problema fue la imagen elegida por la red social: una mano abriendo los dedos en V, o la V de la victoria, un gesto asociado al relato peronista y utilizado por decenas de militantes jóvenes que ya recibieron la vacuna contra el Covid.

Por ese vínculo y en medio del tono utilizado por el Gobierno nacional para sus comunicaciones, cientos de usuarios de la red social protestaron por lo que entendían como una señal partidaria, a pesar de que desde Twitter remarcaron que se trata de la V de la vacunación.

Horas más tarde, el mismo lunes por la noche, la empresa debió modificar la estética para los anuncios de Argentina. Ya no aparecían la mano, sólo un tapiz alusivo a la campaña de acceso a información actualizada de fuentes fiables.

DS

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