La irrupción de los "chats de mamis", que disputan la agenda educativa con los gremios

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Por estos días se debate entre los especialistas y los observadores de los movimientos en la sociedad si acaso no está surgiendo en la Ciudad de Buenos Aires y el GBA un

nuevo “actor político” detrás de los dedos de miles de padres, pero sobre todo madres, que fatigan sus celulares en chats nacidos al calor de la disputa por la presencialidad en la escuela.

A riesgo de generalizar, se puede afirmar que esos grupos están compuestos -en su mayoría- por sectores de clase media que mandan a sus hijos a las escuelas privadas. A priori, las mismas familias que, ante la crisis de la escuela pública -por diversos factores, que exceden las continuas huelgas docentes-, decidieron “refugiarse” en una solución individual: la educación que “salve” a sus hijos, mientras el resto se viene abajo.

Nadie puede saber aún si efectivamente se convertirán en un nuevo actor político y marcarán agenda, todo es muy nuevo aún. Pero hay algunos indicios que permiten pensar que podría ser así. En primer lugar, en los primeros días de esta semana demostraron tener un poder de organización importante, que les permitió plantarse contra el cierre de escuelas en las puertas de las escuelas, con abrazos simbólicos, aplausos, bocinazos y la amenaza de ganar la calle y dar clases ahí por cuenta propia.

Pero además, hay señales de que esta forma de protesta fue escuchada por la dirigencia política, que parecía empecinada en seguir caminando a paso firme hacia el precipicio educativo. Así se puede interpretar la movida del Gobierno nacional -expresada en la reunión de ayer entre el presidente Fernández y el ministro Trotta- de buscar una solución intermedia al conflicto, con la fórmula de “presencialidad administrada”.

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En lugar del todo o nada -o el blanco o negro- que implicaba cerrar todas las escuelas del AMBA -como había planteado el Presidente el miércoles pasado- lo que ahora proyecta el Gobierno es algo así como un “cierre inteligente” de las escuelas, que priorice a los alumnos más vulnerables, los que terminan ciclos, o los más chicos. O que haya un esquema más flexible, con los alumnos que vayan sólo algunos días de la semana.

Esta alternativa pone más cerca al Gobierno nacional de la propuesta planteada por la ministra porteña Soledad Acuña: diversos escenarios, según la situación sanitaria. Le pone paños fríos al conflicto, ayuda a la Corte a tomar una decisión y, de paso… se alinea con la demanda de los padres organizados.

Todavía no se sabe qué será de los “chats de mamis” cuando todo esto pase, si con la presencialidad asegurada saldrán a plantear otras demandas educativas postergadas: por ejemplo, la calidad de los aprendizajes que preocupa en todo el país, tanto en escuelas públicas como privadas.

El experto en temas educativo Guillermo Jaim Etcheverry suele hacer notar que, en las pruebas PISA los mejores resultados argentinos son peores que los peores de 30 países que se evalúan. Es decir que, en 30 países los peores son mejores que los mejores argentinos.

También habrá que considerar los chats alternativos que están surgiendo, de grupos a favor del Gobierno, que también son fuertes entre las clases medias porteñas y se hacen sentir mucho en las redes sociales.

Pero opositores u oficialistas, hay algo nuevo en el paisaje político que apareció con la pandemia. Hasta ahora en los debates educativos se escuchaba fuerte a los gremios docentes, casi en exclusividad. ¿Habrá nacido una nueva voz?