EE.UU. afirma que el Príncipe Heredero saudita ordenó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi

o el asesinato del periodista Jamal Khashoggi".

En el informe se constata que Bin Salman tiene el control de las organizaciones de Seguridad e Inteligencia por lo que "es altamente improbable que los agentes sauditas llevaran a cabo una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe".

El informe constata que siete guardias reales del príncipe, que "solo responden ante él", participaron en el asesinato del columnista del diario The Washington Post.

"El príncipe veía a Khashoggi como una amenaza para el reino y apoyó ampliamente medidas violentas para silenciarlo si era necesario", dice el texto.

La revelación podría aumentar la presión sobre el gobierno de Biden para responsabilizar al reino por un asesinato que provocó indignación internacional. 

La conclusión central del informe era ampliamente esperada dado que se dice que los funcionarios de inteligencia llegaron a ella poco después del brutal asesinato del 2 de octubre de 2018 de Jamal Khashoggi, un crítico de la consolidación autoritaria del poder del príncipe heredero Mohammed bin Salman.

Aun así, dado que el hallazgo no se había dado a conocer oficialmente hasta ahora, la asignación pública de responsabilidades supuso una extraordinaria reprimenda al ambicioso príncipe heredero de 35 años.

Es ​probable que esto marque el tono de la relación de la nueva administración con un país que el presidente Joe Biden ha criticado, pero que la Casa Blanca también considera en algunos contextos como un socio estratégico.

El informe se publicó un día después de una llamada de cortesía de Biden al rey Salman, más tarde de lo habitual. Un resumen de la Casa Blanca de la conversación no mencionó el asesinato y dijo en cambio que los hombres habían discutido la larga asociación de los países.

La Agencia de Prensa Saudita del reino tampoco mencionó el asesinato de Khashoggi en su informe sobre la llamada, sino que se centró en cuestiones regionales como Irán y la guerra en curso en Yemen.

El crimen

Jamal Khashoggi acudió a gestionar unos documentos al consulado saudita de Estambul, pero nunca salió vivo: fue asesinado y descuartizado por quince agentes sauditas tras sus críticas al gobierno de Arabia Saudita. 

Las cámaras de vigilancia también siguieron sus pasos y la de sus presuntos asesinos en Estambul en las horas previas a su asesinato.

Al parecer, un micrófono turco colocado en el consulado captó el sonido de una sierra, manejada por un coronel saudita que también era experto forense, desmembrando el cuerpo de Khashoggi una hora después de su entrada en el edificio. El paradero de sus restos sigue siendo desconocido.

El príncipe dijo en 2019 que asumía "toda la responsabilidad" por el asesinato, ya que ocurrió bajo su vigilancia, pero negó haberlo ordenado.

Los funcionarios sauditas han dicho que el asesinato de Khashoggi fue obra de funcionarios de seguridad e inteligencia deshonestos.

Los tribunales sauditas anunciaron el año pasado que habían condenado a prisión a ocho ciudadanos saudíes por el asesinato de Khashoggi. No fueron identificados.

Fuente:  agencias