Dolor en el mundo del folclore: murió el compositor y cantor salteño Cesar Isella

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El músico y compositor folclórico César Isella falleció este miércoles a 82 años por una cardiopatía severa. Fue una de las principales voces del Movimiento Nuevo Cancionero, nacido en los años sesenta, y

compositor de una de las obras más importantes de este colectivo artístico, Canción con todos, designada por la Unesco como como el himno de América latina. Le gustaba definirse como un militante de la canción popular.

“La música funciona como un sustento de causas pero no resuelve nada en definitiva. Sólo le pido a Dios o Canción con todos se cantan en cualquier rincón de América Latina, y sin embargo las guerras continúan y la hermandad entre los pueblos y la equidad social siguen siendo una utopía”, declaraba a este diario en 2004.

Un artista de profunda vocación americanista con una importante trayectoria a lo largo de la cual compuso 250 obras, entre las que se destacan -además de Canción con todos, nacida al calor del Cordobazo- otras como Resurrección de la alegría, El mundo prometido a Juanito Laguna, Canción de las cosas simples, Hombre en el tiempo, Canción de Lejos, Triunfo agrario, Canción para despertar a un negrito y Fuego en Anymaná. Definía su carrera de más de 60 años en tres etapas: su paso de una década por Los Fronterizos, su carrera solista y su papel durante siete años de productor y “padrino artístico” de Soledad (entre 1996 y 2003).

Adiós, papá.

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Quedarán, eternamente, tus canciones. ❤️

Te amo mucho. @CesarIsella

(El asado que deben estar armando y el vino que estarán brindando con Mercedes Sosa, El Cuchi Leguizamón, Armando Tejada Gómez, Los Fronte, Antonio Berni, Horacio Güaraní, tu mamá y tu abuela). pic.twitter.com/vxaR9iDzZ6

— Fer Isella (@FerIsella) January 28, 2021

En sus últimas charlas trasuntaba una poderosa nostalgia por la actual falta de obras contundentes: “Había referentes muy fuertes. Hoy no hay obras que hablan de estos tiempos y me da bronca. Ya no están Atahualpa Yupanqui, Armando Tejada Gómez, Manuel Castilla, el Cuchi Leguizamón, ya no hay sustitutos”, declaraba, mientras admitía que el concepto poético de estos artistas era de excelencia y que estaba desanimado por el destino de la música de fuerte contenido social. No era para menos, ya que reconocía como influencias a Yupanqui, Castilla, Leguizamón, Tejada Gómez y Falú. “Fue una de las maravillas de mi vida haber aprovechado la oportunidad de conocerlos, era una raza de gente clara y generosa”, decía.

En cada entrevista recordaba cómo le cambió la vida ese encuentro en 1963 en Mendoza cuando, estando aún con Los Fronterizos, conoció a Atahualpa, Tejada Gómez, Oscar Mathus y “una flaquita hermosa con cara aindiada” que era Mercedes Sosa. “Estaban haciendo un folclore con contenido llamado Movimiento Nuevo Cancionero. Hasta ese momento lo que conocíamos era un folclore descriptivo y esto era diferente musical y poéticamente. Me agarré un metejón con esa propuesta” contaba Isella, con esa tradición tan salteña que tenía de excelente contador de historias y anécdotas como cuando hablaba de su paradoja “de comunista y terminé siendo casado por el Papa Francisco en el Vaticano, en 2017”.

Cesar Isella en el festival de música Consquín.

Cesar Isella en el festival de música Consquín.

Estuvo prohibido durante la últma dictadura militar y debió exiliarse en España, tras haber sido secuestrado en Paraná durante el Mundial de 1978. Regreso con la vuelta de la democracia. Los militares prohibieron la difusión de sus obras.

Julio César Isella había nacido en Salta, el 20 de octubre de 1938 y recordaba en especial a Esther, su abuela guitarrera, quien lo introdujo en el mundo infinito de la música. De chico debutó en el parque de diversiones de Salta y a los 10 años, con su escuela en Mar del Plata, cantó para Eva Duarte de Perón. “Como yo era el cantorcito de la escuela, canté Mamá vieja, una zamba de Carmona que me había enseñado mi abuela”.

Con 16 años integró Los Sin Nombre para dos años después, en 1956, entrar en Los Fronterizos a través de Carlos Barbarán. Este cuarteto, con Gerardo López, fundador del grupo en 1953, Eduardo Madeo y Juan Carlos Moreno redefinió su estilo vocal con la participación de Isella. El grupo le grabó cinco canciones de su autoría: La fiera, Se lo llevó el carnaval, Guitarreando, Corazón guitarrero y Un abrazo a Corrientes, entre 1962 y 1965.

César Isella con el papa Francisco en el Vaticano. Foto DyN.

César Isella con el papa Francisco en el Vaticano. Foto DyN.

“Los diez años que pasé con Los Fronterizos fueron de mucha felicidad, sin premeditación en lo comercial porque cantábamos lo que nos gustaba. En 1961 nos dimos cuenta que podíamos vivir de la música cuando nos fuimos al sello Philips y nos pagaron 111 mil pesos”, recordó el músico, que negó cualquier conflicto con sus “rivales artísticos” de la época, Los Chalchaleros.

A los 27 años, en 1966, Isella dejó Los Fronterizos, que disfrutaban de su mayor éxito, la Misa Criolla. Se fue a recorrer la región, estuvo en Chile, Perú, Bolivia. Y a su regreso, en 1968, lanzó su primer disco como solista, Estoy de vuelta, con composiciones de Hamlet Lima Quintana como Zamba para no morir y una adaptación de Milonga triste, de Manzi-Piana.

Un año después, en 1969, la sociedad Isella-Tejada Gómez produjo una de las composiciones emblemáticas del cancionero popular latinoamericano, Canción con todos, que grabó Mercedes Sosa y que logró plasmar ese sentimiento latinoamericanista de la juventud de fines de los 60. En 1970 junto con Tejada Gomez y Los Trovadores presentó América joven, un espectáculo de fuerte contenido politico y del que saldrían tres álbumes América Joven I, II y III.

Su regreso a la Argentina tras el exilio lo exhibió como un motorizador de grandes encuentros. Se presentó en el Luna Park con Horacio Guaraní, en el Festival de Cosquín, en Obras con Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Con Víctor Heredia y el Cuarteto Zupay presentó Canto a la poesía (1984, Luna Park) donde musicalizaron poemas de Pablo Neruda, María Elena Walsh y José Pedroni, entre otros. El disco de este concierto vendió más de 300 mil placas.

César Isella fue distinguido en la Cámara de Diputados en 2016. Foto DyN.

César Isella fue distinguido en la Cámara de Diputados en 2016. Foto DyN.

EL empuje en esos años de Isella fue avasallante. En 1985, en el Teatro Alvear, presentó Isella con todos, con Leguizamón, Tejada Gómez, Teresa Parodi, Los Carabajal y el Ballet Folklórico del Chúcaro y Norma Viola. Y sorprendemente fue invitado a presentarse en Chile, aún bajo la dictadura de Pinochet, después de 13 años de prohibición.

En 1991 grabó Canción con todos a beneficio de la Unesco, con la participación de Astor Piazzolla, Yupanqui, Serrat, Jairo, Silvio Rodríguez, Milanés, Tania Libertad, Osvaldo Pugliese e Inti Illimani. Y cuatro años después, en Punta Arenas, durante la Cumbre Latinoamericana de jefes de Estado cantó su hit e hizo participar a los presidentes Eduardo Frei, Felipe González, Fidel Castro y al rey Juan Carlos.

Mientras tanto, desde la Peña Oficial de Cosquín, desarrolló una política renovadora para el festival al dar un mayor espacio a los jóvenes:_surgen Soledad, Luciano Pereyra, Los Tekis, entre otros. Comenzó un período esencialmente como productor y padrino artístico de Soledad, que alcanzó entre 1996 y 2003 una seguidilla de éxitos de ventas y popularidad. La ruptura unilateral del contrato por parte de la cantante determinó que Isella le hiciese un juicio, que terminó ganando en 2011.

En 2007 lanzó su disco “50 años de poesías simples” y en 2018 se presentó en el CCK y en La Usina del Arte para celebrar sus 60 años con la música. Había grabado 13 discos con Los Fronterizos y 15 como solista. También fue director del Teatro General San Martín, vicepresidente de Sadaic y nombrado Embajador de la Música Popular Latinoamericana. Una vida rodeada de música y proyectos que lo llevaron a ser una de las voces más representativas del canto latinoamericano. Un artista sin demasiado tiempo de mirar hacia atrás y aunque tenía una veta nostálgica fue, esencialmente, un pragmático. “Primero fui un gaucho, después un comunista y al final, un capitalista con suerte”.

AFG