El adiós a Maradona se suma a los funerales más impactantes de la Argentina

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En la historia argentina los personajes que merecieron funerales multitudinarios no fueron muchos. La mayoría políticos. Ahora Diego Armando Maradona, se suma a la dolorosa lista de seres amados por miles y miles de personas, con el plus de que su despedida es en tiempos de una sociedad sometida por una pandemia. .

A continuación un repaso por los funerales que convocaron a muchedumbres en la Argentina.

Hipólito Yrigoyen

La primera gran manifestación de dolor popular de la que se guarde memoria. El caudillo radical, dos veces Presidente de la Nación, murió el 3 de julio de 1933. El 6 de julio se celebró el funeral. Unas 200 000 personas siguieron el cortejo fúnebre que comenzó en la que había sido su humilde morada, en la calle Sarmiento 844, y que tenía por destino final el cementerio porteño de La Recoleta. A las 14:00 de aquel día, llegó frente al domicilio una carroza fúnebre con dos carros de acompañamiento y una escolta integrada por un escuadrón de Granaderos a Caballo. En ese momento, ocurrió algo inesperado: la multitud al divisar el féretro que contenía el cuerpo del ex Presidente, comenzó a gritar “¡a pulso, a pulso!". No se pudo cargar al carruaje que debió retirarse junto con la escolta oficial. Envuelto en una bandera argentina, fue finalmente trasladado sobre los hombros de una marea humana.

Eva Perón

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Luego de su fallecimiento el 26 julio de 1952 a los 33 años, el gobierno de Juan Domingo Perón decretó un duelo nacional de 30 días. Sus restos fueron velados en la Secretaría de Trabajo y Previsión hasta el 9 de agosto, luego fue trasladado al Congreso para recibir honores oficiales, para finalizar en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT). Imposible calcular el número exacto de personas que formaron parte de la larga despedida, aunque se estima que dos millones de personas colmaron la Plaza Congreso y sus alrededores a lo largo de todo el trayecto que se tardo tres horas en cubrir. Millones que asfaltaron, literalmente, de flores blancas las calles por donde pasaba el séquito.

Juan Domingo Perón. El líder político murió el 1º de julio de 1974 a los 78 años. Su cuerpo fue velado durante dos días en el Congreso por donde pasaron un estimado de 200.000 personas, quedando cerca de un millón fuera de la legislatura nacional sin poder dar su último adiós. Una multitud difícil de calcular se concitó a lo largo de las avenidas Callao y del Libertador para rendir homenaje al tres veces Presidente de la Nación. Unos 2.000 periodistas extranjeros fueron afectados a la tarea de informar este acontecimiento.

Raúl Alfonsín

A los 89 años, el 31 de marzo de 2009, pasaba a la eternidad el Presidente de la transición más comprometida de la historia argentina. El hombre al que le tocó encabezar el renacimiento democrático de la República, luego de la feroz, criminal dictadura, autodenominada "Reorganización nacional". El Gobierno de Argentina, encabezado por Cristina Fernández de Kirchner, decretó tres días de duelo nacional. Los restos del dirigente radical fueron velados desde el 1 de abril en el Salón Azul del Congreso Nacional, al que se calcula acudieron un número, aproximado, de 100.000 personas.

Néstor Kirchner

Los funerales del dirigente nacido en Río Gallegos (Santa Cruz) el 25 de febrero de 1950 cubrieron cuatro jornadas. El 27 de octubre de 2010 falleció a causa de un paro cardíaco. Como en el caso de Juan Domingo Perón y de Raúl Alfonsín, su funeral tuvo como marco climático la lluvia intensa. A pesar de todo, cientos de miles de argentinos acudieron hasta la Casa Rosada, donde se había habilitado el Salón de los Patriotas Latinoamericanos como capilla ardiente, para darle el último adiós al expresidente

Carlos Gardel

Su dimensión artística, como cantante y estrella de cine, le permitió trascender fronteras como lo hizo Diego con el fútbol. El primer mito argentino sin fronteras (a pesar de haber nació en Francia). El "Zorzal Criollo" murió en un accidente de aviación en Medellín (Colombia), el 24 de junio de 1935. Luego de un largo periplo, que tuvo capítulos realmente épicos, sus restos arribaron a Buenos Aires vía marítima, a bordo del vapor estadounidense Pan America el 5 de febrero de 1936, tras hacer escala en Río de Janeiro y Montevideo.

Antes, el cuerpo de Gardel fue velado en New York durante una semana, donde había llegado vía Panamá. El inicio del viaje fue de Medellín a Buenaventura, en Colombia. Su arribo al puerto local estuvo acompañado por un estimado de 40.000 personas. Gardel fue velado en el estadio Luna Park, donde se levantó la capilla ardiente. El cuerpo del cantor estuvo allí toda una noche, hasta donde miles y miles de argentinos se acercaron para ver por última vez al ídolo. A la mañana siguiente, una procesión interminable lo acompañó hasta el cementerio de la Chacarita.

La despedida final del 10 en la Casa Rosada se extenderá por un acuerdo entre el gobierno nacional y la familia, entre las 10:00 de la mañana y las 18:00. El país se prepara para testimoniar un velatorio de dimensiones históricas, que estará a la altura de esas exequias que los pueblos solo guardan para sus grandes figuras. Amadas y odiadas, pero jamás indiferentes.