El dulce recuerdo del primer Diego Maradona: "Esta nota es una ilusión..."

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Los años de la infancia pasaron, pasaron... La reja está dormida de tanto silencio..." dice el viejo vals de Homero Expósito. Y pasaron, claro. Quizás no tan "terribles y malvados" como

dice la misma canción... Porque las ilusiones chiquilinas a veces se concretan, y con creces. ¿no es verdad, Diego?

Recién había cumplido los 16 cuando hicimos aquella nota que se llamó "Un sueño de barrilete", allá en el club Comunicaciones, después de un entrenamiento de Argentinos Juniors. Habían llegado de Mar del Plata tras una goleada de 5 a 2 al San Lorenzo local.

"¿Vienen a ver al fenómeno?", dijo aquel señor anónimo, de gorra y cigarrillo, testigo de la práctica. Había entrado en el segundo tiempo y logró dos goles y los pases para otros dos. Era el momento de darle la titularidad inamovible.

Maradona, en sus comienzos en Argentinos. (Foto: Archivo Clarín)

Maradona, en sus comienzos en Argentinos. (Foto: Archivo Clarín)

BANER MTV 1

Había debutado jugando un ratito diez días antes de cumplir esos 16, el 20 de octubre del 76, contra Talleres, cuando el técnico Juan Carlos Montes lo mandó a la cancha. Luego, algunas entradas parciales y uno solo como titular, ante Newell's. Una semana antes de aquella nota había participado en una Selección Juvenil que comandaba el legendario Ernesto Duchini, enfrentando a unos pibes de la Liga Rosarina, en la previa de un partido de Argentina-Perú.

El murmullo contagioso del estadio de Vélez ante cada gambeta o al pícaro encuentro con otro desfachatado llamado Luna, fue el prólogo de la ovación final. Los hinchas del Bicho ya lo tenían visto haciendo malabares con la pelota en los entretiempos de los partidos de Primera.

"Esta nota es una ilusión..." decía el comienzo de aquel reportaje. Y daba los datos correspondientes. Lanús, Fiorito, padre correntino, doña Dalma, el quinto de ocho hermanos, Bochini su ídolo, tercer año del comercial... "Que no sé si voy a poder seguir...". Y de una inocente obsesión: meter "caños".

¿Los contás? "Si. Cuando debuté le metí uno a Cabrera, de Talleres. Después otro a Gallego, pero él me lo devolvió. Y el domingo le hice uno lindo a Mascareño..."

Otro encuentro de Pagani con Maradona. (Foto: Archivo Clarín)

Otro encuentro de Pagani con Maradona. (Foto: Archivo Clarín)

César Menotti ya había pedido que se lo declarara intransferible para el exterior. Tenía edad de séptima pero no salió más de la Primera. La voz sobre el "fenómeno" se corrió tanto que muchos futboleros lo iban a ver sólo a él.

Y creció.

Tenía todavía 16 cuando Menotti lo incluyó en un amistoso ante Hungría en febrero de 1977 en la Selección mayor, cuando Argentina ganó 5 a 1, en la cancha de Boca. Creció y creció. Además, fue goleador de los torneos locales en 1978, 79 y 80.

Todos lo querían. Aunque en aquellos tiempos los montos de los pases no tenían los números siderales de ahora. Iba camino a consagrar a Argentinos como campeón por primera vez en la historia, pero el Flaco lo llevó para jugar el Mundialito de Montevideo (por el cincuentenario del Mundial del 30) y no pudo ser.

Pasó "estruendosamente" a Boca en 1981, con un intrincado préstamo. Fue campeón en dupla con Miguel Brindisi y quedó para el recuerdo aquel gol contra River cuando los dejó tiraros sobre la raya a Fillol y a Tarantini, una noche de lluvia. Y el resto de la historia ya es conocida por todos.

Lo trataron mal en Barcelona. Le quebró una pierna el vasco Andoni Goikoetxea, el mismo que había lesionado a Schuster dos años antes. Tuvo hepatitis. Sólo pudo mostrar destellos de su clase inigualable. Con Menotti de DT ganaron la Copa del Rey.

Pasó al Napoli y nació la leyenda. Quedó a la altura de San Gennaro, el patrono de la ciudad. Dos "scudettos", como nunca antes. Y la Copa de la UEFA. Lo siguen adorando 35 años después...

Maradona en el San Paolo, en 1987, año del primer scudetto de Napoli. (AFP)

Maradona en el San Paolo, en 1987, año del primer scudetto de Napoli. (AFP)

Durante muchos años, decir "Argentina" en el mundo era decir "Maradona". La Selección. Los goles a los ingleses. El inolvidable y el "otro". Aquel título Mundial en México... El tobillo destrozado y todo su orgullo en Italia 90. Y la efedrina fatal de Estados Unidos 94. Y todo lo demás.

TODO.

En el mismo envase. Habría que ser Maradona para entenderlo.

FELICES 60, querido Diego.

FK