Con el paso del tiempo, el tema fue entendido como un réquiem para el teléfono. Cuando Stevie llamó envuelto en almíbar, aquel aparato era el principal medio de comunicación. Había que
conversar, sí señor, no quedaba otra. Nadie podía sacar fotos con el teléfono. Ahora escuchar la canción es admitir una memorabilia que incluye guías, índices, agendas, tubos, cables.