Incluso, Milei habilitó a una negociación que encabezó el asesor presidencial, Santiago Caputo, quien se unió al diálogo técnico que venía llevando adelante el secretario de Trabajo, Julio Cordero. El joven
funcionario fue ponderado por algunos gremialistas y concedió cambios importantes a la letra del proyecto, pero esto no alcanzó para torcer una decisión que, según analizaban este miércoles en el Gobierno, "estaba tomada y era inamovible".