Un tribunal iraní condenó a muerte a un popular rapero encarcelado hace más de un año y medio por apoyar las masivas protestas por la muerte de una joven bajo custodia
policial, informaron los medios locales este miércoles. Toomaj Salehi, de 33 años, fue detenido en octubre de 2022 por el contenido de sus canciones y, si bien en noviembre de 2023 fue puesto en libertad bajo fianza, fue detenido nuevamente días después, acusado de "difundir afirmaciones falsas" tras publicar un video de 14 minutos en el que denunciaba que había sido torturado durante su estadía en prisión.
"La Sección 1 del Tribunal Revolucionario de Isfahán condenó a muerte a Salehi acusado de corrupción en la Tierra", explicó el abogado del cantante, Amir Raisian. El tribunal, "en un gesto sin precedentes, destacó su independencia y no aplicó la sentencia del Tribunal Supremo" que rechazaba el fallo en su contra, denunció el abogado, añadiendo que "seguramente recurriremos la sentencia". "La Corte Suprema, como autoridad de apelación, revisó el caso y emitió un fallo al tribunal inferior para eliminar los defectos de la sentencia", explicó y añadió: "El hecho es que el veredicto del tribunal tiene claras contradicciones jurídicas".
"La contradicción con la sentencia del Tribunal Supremo se considera la parte más importante y al mismo tiempo la más extraña de esta sentencia", afirmó el abogado y detalló que el Tribunal Revolucionario acusó a Salehi de "colaboración en sedición, reunión y colusión, propaganda contra el sistema y convocatoria de disturbios". Además fue acusado de “enemistad con Dios” y el abogado señaló que, cuando Salehi fue puesto en libertad bajo fianza el 18 de noviembre, el Tribunal Supremo había encontrado "defectos en la sentencia inicial" de seis años de prisión.
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Las acusaciones iniciales contra Salehi incluían difundir "mentiras en Internet" y "propaganda contra el Estado", así como incitar a la violencia y "haber formado y gestionado grupos ilegales con el objetivo de perturbar la seguridad en cooperación con un gobierno hostil" a Irán. Por su parte, Mahsa Amini, la joven kurda iraní que murió en manos de la policía, había sido detenida por la policía moral de Teherán por una supuesta violación de las estrictas normas de vestimenta para las mujeres de la república islámica.
En los meses de disturbios que siguieron a la muerte de Amini el 16 de septiembre de 2022, cientos de personas murieron, incluidas decenas de miembros del personal de seguridad, y miles más fueron arrestados. Otro cantante, Mehdi Yarrahi, que apoyó el movimiento de protesta y criticó las normas de vestimenta obligatorias para las mujeres, fue condenado a un total de dos años y ocho meses de prisión.
Los funcionarios iraníes calificaron a las protestas de "disturbios" y acusaron a los enemigos extranjeros de Teherán de fomentarlos. Nueve hombres han sido ejecutados ya en casos relacionados con protestas que implicaron asesinatos y otros actos de violencia contra las fuerzas de seguridad. Asimismo, después de la muerte de Amini, un número creciente de mujeres comenzaron a aparecer en público en todo el país sin respetar el código de vestimenta y la policía moral había mantenido un perfil bajo.
Sin embargo, desde el 13 de abril, la policía iraní comenzó a endurecer los controles sobre las mujeres que ignoran las reglas mediante el despliegue de patrullas en las principales plazas de Teherán. Los medios locales informaron que la policía de la capital había lanzado una campaña con el nombre en código "Noor", que en persa significa luz, redoblando los esfuerzos contra quienes infringen el código de vestimenta, conocido como hijab, que obliga a las mujeres a cubrirse la cabeza, el cabello y el cuerpo en lugares públicos. Las autoridades también han cerrado cafés y restaurantes donde no se respetaba el uso del hijab.
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“Indignante”: el comunicado de la ONG Human Rights Watch
La ONG Human Rights Watch (HRW) condenó la "indignante" sentencia a muerte del rapero iraní Toomaj Salehi y pidió que sea puesto en libertad inmediatamente. La ONG criticó el proceso judicial y la condena impuesta al joven de 33 años por considerarlos "un cruel e indignante atentado contra las libertades fundamentales y el derecho a un juicio justo".
"El indignante veredicto de Toomaj Salehi es la última manifestación del brutal sistema de justicia iraní", declaró la investigadora para Irán de Human Rights Watch, Tara Sepehri Far. En un comunicado, la organización acusó al gobierno iraní de hacer de "los tribunales injustos una piedra angular de su feroz represión de la disidencia popular" y denunció que actúan "como si estuvieran facultados para atentar contra los derechos básicos de los ciudadanos y burlarse de cualquier salvaguardia legal existente".
ML / ED
